A pesar de todo lo que ha sucedido alrededor del exfutbolista del Barça, el brasileño Dani Alves, y la sentencia de cuatro años y medio de prisión por abusos sexuales, su esposa, la modelo canaria Joana Sanz, no se plantea un divorcio que parecía inevitable.
Si bien es cierto que, en un principio, le habría pedido el divorcio a su marido, unos meses después optó para detener todo el proceso. Una decisión que ahora, Joana Sanz ha querido justificar voluntariamente a través de su cuenta de Instagram, que acumula más de 963.000 seguidores. Ha sido mediante una story de su perfil en la que ha expuesto: "No creo en el matrimonio. Les invito a todos a que se casen, celebren la fiesta, porque es un recuerdo maravilloso para tener, muy divertido y más si lo compartes con tus seres queridos, pero el resto, no es más que un papel firmado". Unas declaraciones un tanto enigmáticas que dejan paso a la reflexión personal de cada uno.
Las dificultades por conseguir el divorcio
Quizá todo se entienda mucho más con esta sentencia: "No es tan fácil, cuando ese matrimonio ya no va para ninguna parte, divorciarse. Yo pensaba que era más de lo mismo, un papel firmado y ya. Pero no mis amores, es súper jodido divorciarse así que no se casen, ¿pa' qué?". Aquí sí se puede intuir el porqué del no divorcio; la complejidad del proceso es lo que ha podido paralizar el objetivo de la codiciada modelo ante la impotencia de no poder avanzar con sus trámites. Sin embargo, lejos de sucumbir a la amargura, Joana ha vuelto a la positividad expresando: "Vivo enamorada. Siempre corazón enamorado, ya sea de pareja, de amigos... por mucho dolor que tenga, siempre está enamorado. Sin amor, ¿qué es la vida? Es bonito tener amor dentro, ese sentimiento".
La Audiencia de Barcelona ha condenado al futbolista Dani Alves a cuatro años y medio de cárcel por violar a una joven en el baño de un reservado de la discoteca Sutton de Barcelona la noche del 30 diciembre de 2022, forzando la voluntad de la víctima "con uso de la violencia". En la sentencia, notificada el pasado 22 de febrero, la sección 21 de la Audiencia condena por un delito de agresión sexual a Alves, que ya llevaba poco más de un año en prisión preventiva, a cuatro años y medio de cárcel, cinco de libertad vigilada y nueve de alejamiento de la víctima, a la que le debió indemnizar con 150.000 euros.