La pasada semana, Catalunya perdió a uno de sus grandes referentes empresariales y humanos, Isak Andic, fundador de Mango. Su fallecimiento, a los 71 años, ha dejado una huella muy profunda entre quienes le conocieron, y especialmente en aquellos que fueron testigos de su incansable espíritu emprendedor.
Andic, nacido en Turquía, llegó a Barcelona junto a su familia siendo apenas un adolescente. Fue aquí donde, con determinación y visión, construyó un imperio que revolucionó el sector de la moda. Los últimos días han estado marcados por numerosos homenajes a su figura.
Lluís Bassat, amigo cercano de Andic, fue una de las voces más emocionadas en los tributos recientes. Durante su intervención en el programa La Selva de TV3, Bassat compartió recuerdos personales que revelaron una relación fraternal construida a lo largo de décadas.
“Para mí era más que un hermano pequeño”
En su emotiva intervención, Lluís Bassat describió a Isak Andic como "un amigo íntimo que se adelantaba a su tiempo". Compartió cómo ambos se conocieron cuando Andic apenas comenzaba a labrar su camino en el mundo empresarial.
Bassat lo acompañó en sus primeros pasos, dándole consejos y ofreciéndole apoyo en momentos clave. Según Bassat, Andic era un hombre con una curiosidad inmensa y una inteligencia excepcional, características que lo llevaron a construir Mango desde sus humildes inicios.
Uno de los recuerdos más conmovedores fue sobre la primera tienda de Andic, situada en una pequeña galería comercial de Barcelona. Con ingenio, utilizó hasta el maletero de su coche como almacén, mostrando ya entonces la creatividad y determinación que lo acompañarían durante toda su vida.
Una generosidad inquebrantable
Bassat también destacó la generosidad de Andic, quien, según él, ayudó a numerosas familias sin buscar reconocimiento. “Era de esas personas que sabía dar y nunca alardeaba de ello”, comentó. Este rasgo lo convirtió no solo en un empresario admirado, sino también en una figura profundamente respetada en su entorno personal.
Incluso tras su retiro oficial, Andic seguía involucrado en Mango, demostrando una pasión inquebrantable por la empresa que fundó. Según Bassat, a pesar de los éxitos acumulados, Andic nunca permitió que el dinero o la fama nublaran su humildad y principios.
Un legado imborrable
La muerte de Isak Andic deja un vacío en el tejido empresarial catalán, pero también un ejemplo de cómo la visión, la humildad y la generosidad pueden convivir con el éxito. Lluís Bassat, visiblemente emocionado durante el programa, cerró su intervención con una gram reflexión.
"Perder a alguien como Isak no es solo perder a un amigo, es perder a una fuente de inspiración". Catalunya recuerda hoy no solo al fundador de Mango, sino al hombre que supo soñar en grande sin perder nunca de vista sus raíces.