El rey emérito Juan Carlos I vuelve a estar en el centro de la polémica. Tras años salpicado por romances con conocidas figuras de la farándula —como Bárbara Rey— ahora salen a la luz rumores sobre supuestas relaciones con dos ministras del Gobierno actual. La acusación parte del periodista Joaquín Abad, quien afirma que estas nuevas revelaciones formarán parte del libro de memorias del monarca, titulado Reconciliación.
Rumores que resurgen tras Reconciliación
Según Abad y colaboradores como Laura Rodríguez y Javier Bleda, el entorno de Juan Carlos I ha eclipsado con bastante cautela estos posibles nuevos lances. Las declaraciones apuntan a que Juan Carlos podría sumar al menos dos ministras más a la ya larga lista de amantes, ampliando su vida íntima más allá de los escándalos conocidos.
Estas acusaciones coinciden con la inminente publicación de su libro, prevista para noviembre; muchos medios especulan que se trata de una estrategia de "autocatan propaganda" para neutralizar estas informaciones.

La vida de Juan Carlos I, muy seguida por los medios de comunicación
La vida sentimental de Juan Carlos I ha sido objeto de escrutinio desde décadas. Su vínculo con Bárbara Rey se confirmó por imágenes y audios en los años noventa, que mostraron una relación intensa y polémica. Aquello provocó no solo titulares en prensa, sino denuncias por chantaje y filtraciones de archivos secretos, incluyendo audios descritos como “comprometedores”. Años más tarde, el caso Corinna reabrió el debate sobre su vida privada y el alcance de su influencia fuera de la agenda pública.
Silencio desde la Casa Real
Por el momento, desde La Zarzuela no ha habido ninguna confirmación ni rectificación sobre las supuestas ministras. La Casa Real se limita a señalar que cualquier referencia a relaciones del pasado no tiene repercusión institucional, y que el rey emérito se centrará en la narrativa de su libro. Mientras tanto, el Gobierno no ha emitido ningún comunicado oficial al respecto.
Es importante subrayar que, de comprobarse esas relaciones con altas figuras actuales, surgirían varias implicaciones políticas y de privacidad. Los hechos descritos por Abad son, por ahora, rumores protegidos con “prefacio editorial”. Y aunque se presenten en un contexto de memoria personal, podrían provocar una ola de especulaciones y preguntas en sede parlamentaria.

Estrategia del rey emérito
Este nuevo episodio subraya la capacidad del rey emérito para convertir su vida privada en noticia pública, justo en el momento en que pretende contar su versión oficial. Ante tanta información, las preguntas son claras. ¿Estamos ante un intento de limpiar su imagen o ante una revelación genuina de confesiones inconfesables?