Actriz canaria instalada en Catalunya desde que tenía 17 años, Mònica López, de 55 años de edad, es todo un ejemplo de actriz comprometida y persona con una clara vocación para la adaptación de su lugar de residencia. El de Mònica es un caso muy llamativo para todos aquellos que tengan temor al aprendizaje de idiomas.
Durante una entrevista en el programa Col·lapse de TV3, que dirige y presenta el periodista Ricard Ustrell, Mònica López ha hecho gala de su innata simpatía, de su estilo comedido y elegante, las características que la han convertido en una de las grandes intérpretes del país. Camaleónica como pocas, Mónica López ha participado en algunas de las producciones nacionales más interesantes de los últimos años; o lo que es lo mismo, en películas del nivel de En la ciudad (Cesc Gay, 2003) -que le valió una nominación a los Goya como mejor actriz de reparto-, Que Dios nos perdone (Rodrigo Sorogoyen, 2016) y El Reino (Rodrigo Sorogoyen, 2018), y en las series Hierro (2019), Antidisturbios (2020) y Rapa (2022-2023). En 2004 ganó el premio a la Mejor Actriz en el Festival de Sitges, por su interpretación en El habitante incierto, de Guillem Morales.
Los telespectadores de TV3, seguro que todavía la recuerdan como la Abril de Nissaga de poder (1996-1997), y posteriormente también participaría en otras series de la cadena pública catalana, como Jet Lag (2001-2003) i, aunque muy fugazmente, en Kubala, Moreno y Manchón (2014). En todas estas producciones, Mònica López haría un gran uso del catalán, que ya había aprendido con anterioridad. Mònica es de madre alemana, por lo que también domina el alemán, además del inglés, el francés y el castellano. De hecho ha reconocido que le encantan los idiomas.
Una divertida forma de aprender idiomas
Durante su intervención en Col·lapse ha compartido el secreto de su aprendizaje del catalán: "fue un juego, fue divertidísimo. Todavía ahora, tras más de 30 años, cuando tengo que estudiar un texto en catalán, me pongo los fonemas debajo de las palabras para que no se me escape ni una "s" sonora, ni una "s" sorda... y me divierte mucho hacerlo, la verdad". Mònica López es una mujer que transmite una gran veracidad, mucha transparencia. Bajo esta actriz de carácter, se esconde una persona con una gran inquietud cultural y por el aprendizaje. Su forma de profundizar con los idiomas, es toda una representación de cómo el conocimiento cultural e idiomático, también puede ser muy divertido.