El verano ha traído una de esas anécdotas veraniegas que van directas al corazón, pero que también generan cierta polémica. La influencer y colaboradora televisiva Anabel Pantoja ha protagonizado una divertida –y un tanto torpe– incursión en Catalunya, cuando intentaba pronunciar el nombre de “Tremp” en pleno viaje con su familia. Lo que hubiera sido un simple despiste lingüístico, se ha convertido en un fenómeno viral con ecos más allá de su gracia andaluza.
Entre risas y rabia
La historia comienza en un fin de semana muy significativo. Anabel acudía a Talarn para acompañar a su cuñado en la entrega de despachos, un acto militar al que incluso acude el rey Felipe VI. La sobrina de Isabel Pantoja, conocida por su simpatía y su estilo desenfadado, decidió compartir el viaje con sus seguidores en Instagram. Desde el tren Sevilla–Lleida Pirineus (“Un tren de trescientas horas”, según ella), hasta el trayecto en coche hacia su destino final.
Ya en Tremp, al bajar del coche y pasear con una maleta por las calles, llega el instante estelar: “El pueblo se llama Trent, pero no es un tren. Ten. Tem…” repite, sin lograr acertar. Lo intenta tres veces, cada vez con mayor nerviosismo, hasta soltar “Es como si estuviera en ‘Ocho apellidos catalanes’”. El momento, grabado en vídeo, sumó miles de visualizaciones en pocas horas.
Lo que Anabel compartió en redes
En su Instagram, Anabel mantuvo su estilo simpático y cercano. En varias stories, alternando gazpacho andaluz y risas, contó su odisea con “Un tren eterno” y su incapacidad para pronunciar Tremp. No pidió disculpas, pero sí mostró su cara más auténtica, divertida y algo desorientada, acompañada de la maleta que parecía atestiguar que se sentía en una isla remota del Índico.
Sus seguidores reaccionaron con cariño: muchos comentaron que es normal tropezar con las lenguas autóctonas en otras comunidades y que el vídeo les pareció entrañable más que ofensivo.

¿Catalanofobia o despiste simpático?
Mientras algunos medios han criticado que su reacción remite a clichés catalanófobos, otros la han defendido como un gesto espontáneo, sin intención de ofender. La frase sobre “Ocho apellidos catalanes” conecta directamente con un pasado polémico del cine español, aunque Anabel no buscaba polémica, solo expresar un instante de desconcierto y humor.
Sea cual sea la interpretación, el episodio sirve para recordar que los errores lingüísticos suelen tener repercusión en redes, especialmente cuando se difunden con naturalidad.
Siempre pasa lo mismo
¿Debería Anabel haber matizado sus palabras o pedir disculpas? ¿O vale con que su intención era simplemente entretener? Lo cierto es que el vídeo ha generado un debate amable y reparador. Por ahora, la influencer no ha hecho mayor pronunciamiento sobre el asunto, pero el revuelo ya ha sido suficiente para ocupar titulares.

Quizás el próximo paso sea una visita con guías locales o un “Tremp Tour” improvisado, que demuestre su curiosidad por la cultura catalana. ¿Veremos a Anabel volviendo a Tremp con humor y respeto? Solo el tiempo y su próxima story lo dirán.