El actor catalán Albert Baró, nacido en Sant Esteve de Palautordera (Barcelona), el 24 de septiembre de 1996, alcanzó la fama gracias al personaje de Joan Capdevila que interpretó en la exitosa serie de TV3, Merlí.
Sin embargo, una década antes ya había conquistado a la audiencia de la cadena pública catalana dando vida a Johan en casi 300 episodios de El cor de la ciutat. Más adelante, triunfaría internacionalmente a través de la serie Argentina, tierra de amor y venganza, en la que se encargó de interpretar a Bruno Salvat en sus 200 capítulos. Recientemente, lo hemos podido ver en Disco, Ibiza, Locomía, la película dirigida por Kike Maíllo sobre el grupo español más transgresor de los noventa.
Albert Baró ha sido uno de los últimos invitados del podcast semanal "La Ruïna", donde Tomàs Fuentes e Ignasi Taltavull comentan y juzgan la peor anécdota de la gente que asiste de público en el programa. La anécdota personal que ha contado Albert ha dejado perplejos a los propios presentadores del espacio. La experiencia que ha compartido la mantuvo con una chica que conoció antes de la llegada de la pandemia. Baró ha contado que le gustaba suficientemente como para ir a verla hasta Dubái, donde ella había encontrado trabajo. Una vez allí se desplazaron hasta uno de los parques acuáticos más grandes del mundo.
189. La Ruina (con Albert Baró)
El amor en Dubái
Tras un buen rato de divertimiento entre olas gigantes, toboganes infinitos y mucha emoción, la pareja decidió descansar en una zona tranquila del parque, tal y como lo ha descrito el propio Albert Baró: "un rincón con hamacas... parecía un lugar de chilling. Los dos allí, solos, en bañador... íntimo..., empezamos a acercarnos, a besarnos, hasta que se empezó a poner seria la cosa". Poco después, la chica detectó un colchón en una tienda del parque, que estaba cerrada. Ella decidió colarse en el establecimiento, ante la advertencia de Albert: "¿Estás segura? Que en estos países hay que vigilar..., creo que hay cámaras... Entramos y pasamos un ratito".
A pesar de que se las prometieron muy felices, justo cuando fueron a celebrar tanta emoción en un restaurante cercano, se les acercaron unos tipos: "tac, tac, tac... Dos hombres, con el traje oficial de Dubai, con una cara de pocos amigos. Nos pidieron pulsera, pasaporte, control de seguridad, nos sientan en una mesa... interrogatorio, y nosotros cagadísimos. Nos preguntaron: '¿Qué habéis hecho en la tienda?'. Nos hicieron escribirlo, y yo yendo poco a poco. De repente me agarran, nos separan de la chica. En una habitación, cada uno solos, interrogatorio individual".
Albert les prometió que solo estuvieron ahí por "Love, love, only love", pero cuando les dejaron volver a estar juntos, ella le alertó: "Albert, esto me han dicho que son tres años de cárcel. No sé cuántas horas de espera. Yo pensaba lo peor". Y aunque finalmente los soltaron, el susto no lo olvidarán jamás: "pero jodió todo el viaje, porque nos quedaban diez días con ella en Dubai y no nos atrevíamos ni a darnos un beso en la calle!".