La historia reciente del FC Barcelona está marcada por el reto constante de conjugar ambición deportiva y estabilidad financiera. Mientras el club sigue buscando fórmulas para reforzar la plantilla y competir al máximo nivel, también se enfrenta a uno de los retos más complejos de los últimos años: renovar a su mayor talento emergente sin poner en riesgo el equilibrio salarial que tanto ha costado lograr. El caso de Lamine Yamal se ha convertido, en cuestión de semanas, en el centro de todas las miradas tanto en los despachos del Camp Nou como en el entorno mediático azulgrana.
Lamine Yamal, el deseo de un contrato histórico en el Barça
Próximo a cumplir los 18 años, Lamine Yamal ya ha roto todos los récords de precocidad en el Barça y en la selección española. Su irrupción en la élite no solo ha supuesto un salto de calidad para el equipo, sino que además ha revolucionado la imagen del club a nivel internacional. Ahora, su renovación es una prioridad absoluta y todo está preparado para que firme su primer gran contrato profesional como futbolista de pleno derecho.
Según ha informado el periodista Víctor Navarro, la agencia de Lamine Yamal ha puesto sobre la mesa una única petición clave: que el joven delantero se convierta en el mejor pagado de la plantilla. Esta solicitud, lejos de ser una cuestión meramente económica, se sustenta en el argumento de que Lamine es el jugador más determinante y mediático del equipo, el que más genera tanto en el césped como fuera de él.
Tal y como explica Navarro en su perfil de X (antes Twitter), la agencia considera que Yamal merece estar en el escalafón salarial más alto porque “es el mejor jugador ofensivo del equipo, el que más genera arriba, el que tiene algo diferente al resto, el que más genera económicamente y el más reclamado para entrevistas y campañas”. Y añade: “Por proyección y juventud y porque será candidato a todo”.
Joan Laporta se mantiene firme con los nuevos límites salariales
El club, consciente de la importancia de retener a Lamine Yamal y evitar la fuga de su mayor joya, está dispuesto a hacer un esfuerzo. Sin embargo, Joan Laporta se mantiene inflexible en la nueva política salarial. Como ya avanzó José Álvarez, ni los contratos de Lewandowski ni los de Frenkie de Jong —que superan el límite de 13 millones netos anuales— serán utilizados como referencia para futuras renovaciones. La consigna es clara: esos sueldos pertenecen a una etapa anterior que Laporta no quiere repetir.
La intención del presidente es evitar que la masa salarial vuelva a descontrolarse, una situación que ya generó grandes dificultades económicas en el pasado. Laporta quiere que el club siga un modelo sostenible en el que ningún jugador —por importante que sea— sobrepase los límites marcados. En el caso de Lamine, el Barça acepta que sea el mejor pagado, pero no a cualquier precio.
El acuerdo, cerca: cifras, incentivos y el “sí” pendiente
Según avanzó El Desmarque, la renovación podría cerrarse en torno a los 16 millones de euros brutos anuales, una cantidad que se ajusta al tope de los 13 millones netos fijado por Laporta. Además, el acuerdo incluiría bonus por títulos colectivos y premios individuales, como el Balón de Oro, un modelo cada vez más frecuente en los grandes clubes europeos para mantener la motivación y el control financiero.
Fuentes del club aseguran que la negociación avanza en buen camino, aunque la última palabra la tendrá la agencia de Lamine, que sigue presionando para obtener el reconocimiento que consideran que el jugador merece. El Barça, por su parte, valora tanto la proyección como el rendimiento inmediato del canterano, sabiendo que su imagen y su impacto deportivo pueden marcar una época.