En Heliópolis ya se respira ambiente de mercado. Con la temporada finalizando y los movimientos de despachos en plena ebullición, el Real Betis da el primer paso en su hoja de ruta para la campaña 2025/26. A pesar de que el mercado de fichajes todavía no ha abierto oficialmente, los verdiblancos no han querido esperar y han sellado su primera operación de salida, una maniobra que revela mucho sobre la nueva estrategia del club.
La operación no ha sorprendido a los aficionados más atentos, que ya intuían cambios importantes en una plantilla que necesita aire fresco tras un curso exigente. El contexto financiero y deportivo exige decisiones rápidas y eficaces, y el Betis parece decidido a aprovechar cada oportunidad que se presenta.
El primer movimiento ha sido una venta estratégica que ayuda a sanear las cuentas y a clarificar el futuro de algunos futbolistas que no entran en los planes del técnico chileno. El mensaje es claro: solo cuentan aquellos jugadores alineados con la visión y exigencias del cuerpo técnico y del club. Bien, lo cierto es que Manu Fajardo no ha tenido ni siquiera ni que mover un dedo para que se cerrase esta salida.

Los detalles de la venta: cláusula, cifra y proyección económica
Según se ha conocido en las últimas horas, el Betis ha cerrado la venta de Juanmi Jiménez, uno de los jugadores que menos protagonismo ha tenido en el último año. El traspaso se produce por una cantidad cercana a los 1,2 millones de euros, un ingreso relevante para las arcas béticas en un contexto donde cada euro cuenta.
La operación se había pactado en enero, en forma de cesión con una cláusula de compra obligatoria en caso de que el club de destino, el Getafe, asegurara su permanencia en la máxima categoría. Al consumarse ese objetivo el pasado domingo con el triunfo azulón en Son Moix, la venta se ha hecho efectiva de inmediato, sellando el adiós definitivo de un futbolista que, pese a su experiencia, no había terminado de encajar en los esquemas de Pellegrini antes de marcharse en invierno.
Este tipo de acuerdos reflejan una tendencia cada vez más común en el fútbol español, donde las cesiones con opción o cláusula de compra permiten a los clubes gestionar riesgos y asegurarse ingresos futuros en función del rendimiento deportivo de los jugadores y sus nuevos equipos.

El futbolista, que tenía contrato hasta 2026, no ha conseguido recuperar su mejor versión en los últimos años. Su paso por equipos como el Al-Riyadh saudí o el Cádiz no terminó de convencer, y en Getafe tampoco ha logrado consolidarse como titular en los planes de Bordalás. De hecho, sus números en la segunda vuelta de la temporada han sido discretos, lo que evidencia que la operación es beneficiosa tanto para el Betis como para el propio jugador, que buscará en el Coliseum una oportunidad para relanzar su carrera.
Para el club sevillano, este ingreso supone una inyección económica que puede ser clave a la hora de abordar nuevas incorporaciones o renovar piezas clave de la plantilla. Además, la venta libera espacio en una plantilla que deberá reforzarse especialmente en ataque y en las posiciones donde se esperan más movimientos durante el verano.