El Camp Nou debería volver a abrir sus puertas en septiembre, pero la fecha exacta todavía genera incertidumbre. El FC Barcelona trabaja a contrarreloj para cumplir con los plazos marcados, mientras los aficionados esperan con ansias regresar al feudo azulgrana tras más de un año en la Montaña Mágica.
Lo que parecía una cuenta atrás ilusionante se ha transformado en un asunto delicado. El club se enfrenta a trámites burocráticos imprescindibles que podrían retrasar la inauguración parcial del estadio. Y eso está generando tardes de ajetreo en los despachos culés.
Helena Condis explica el principal obstáculo administrativo
Según desveló Helena Condis en El Partidazo de COPE, el Barça aún no cuenta con el certificado de final de obra. Este documento es imprescindible para que el Ayuntamiento otorgue la licencia de primera ocupación, requisito fundamental para que pueda entrar público en el estadio. El club esperaba recibir la autorización la semana pasada, pero los plazos se han alargado. “Ahora mismo no saben dar una fecha exacta”, explicó Condis, subrayando que internamente reconocen que van muy justos de tiempo.

La previsión del Barça: Valencia como posible primer rival en el nuevo Camp Nou
La intención de la entidad azulgrana es regresar al Camp Nou en la jornada cuatro de LaLiga, prevista para los días 13 o 14 de septiembre frente al Valencia CF. El plan contempla abrir inicialmente solo parte del estadio con un aforo reducido de unos 27 000 espectadores. El objetivo es llegar al estreno europeo unos días más tarde con el campo ya operativo. Sin embargo, dentro del club admiten que todavía existen zonas del estadio con “deficiencias considerables” que requieren soluciones inmediatas antes de autorizar la presencia con seguridad de público.
La reapertura será progresiva. Primero se habilitarían tribuna y gol sur, alcanzando los 27 000 asientos iniciales. Más adelante, si se cumplen los requisitos técnicos, el aforo podría ampliarse a 45.000 en una segunda fase y a 60 000 en la tercera. La cifra definitiva, por encima de los 100 000, tardará bastante más en materializarse. Esta planificación escalonada busca garantizar la seguridad de los aficionados y cumplir con los estándares exigidos por el Ayuntamiento y la RFEF.
Una carrera contra el tiempo
El Barça se juega más que una simple reapertura. Volver al Camp Nou significa recuperar ingresos clave por taquillaje, publicidad y hospitalidad. Cada retraso supone un coste importante en plena reconstrucción económica del club.
Aunque la hoja de ruta inicial era optimista, la realidad técnica y administrativa se impone. El estreno parcial frente al Valencia sigue siendo el objetivo, pero nadie en el club se atreve a garantizarlo al cien por cien.