Luis Enrique siempre ha sido un personaje singular en el mundo del fútbol. Su carisma y carácter fuerte lo han definido tanto como jugador como entrenador. Conocido por no andarse con rodeos, sus ruedas de prensa suelen dejar titulares contundentes. Esta vez, el técnico del Paris Saint-Germain ha vuelto a ser protagonista por unas declaraciones sobre Ousmane Dembélé.
El origen del conflicto entre ambos tuvo lugar el pasado 27 de septiembre, en un partido de Ligue 1 contra el Rennes. Tras una discusión con Luis Enrique, el extremo francés quedó fuera de la convocatoria para el siguiente partido de Champions League frente al Arsenal. Sin Dembélé, el PSG cayó derrotado por 2-0 y mostró una preocupante falta de peligro en ataque.
Luis Enrique justificó su decisión de no convocar a Dembélé señalando que el jugador había "faltado a sus obligaciones profesionales". El entrenador dejó claro que no toleraría actitudes que afectaran al resto del equipo. Posteriormente, Dembélé pidió disculpas y volvió a entrar en la dinámica del equipo, pero el conflicto dejó huella.
El entrenador asturiano volvió a ser preguntado por la situación del jugador en la rueda de prensa previa al encuentro contra el Lyon; más en concreto, sobre su relación. Su respuesta no pudo ser más contundente: "No soy ni su padre ni su 'bro'". Con esta frase, Luis Enrique dejó claro que mantiene una relación profesional con todos sus futbolistas, sin ningún trato especial.
"Tengo la misma relación con todos los jugadores", afirmó el entrenador del PSG. Luis Enrique también aprovechó para aclarar que no teme tomar decisiones difíciles. "Siempre he sacado a todos de su zona de confort, tanto a los que juegan más como a los que juegan menos", añadió con firmeza.
Luis Enrique necesita a Dembélé
Estas declaraciones no han sorprendido a nadie, pero han puesto el foco en Ousmane Dembélé. El futbolista francés, que fue traspasado desde el FC Barcelona al PSG, vuelve a estar en el ojo del huracán. Ya en su etapa en el Barça, Dembélé protagonizó episodios de indisciplina que generaron polémica. Llegadas tarde a los entrenamientos y su falta de profesionalidad eran temas recurrentes en la prensa catalana.
El PSG esperaba que, con su traspaso, Dembélé pudiera reconducir su carrera en un entorno menos exigente. Sin embargo, sus actitudes y rendimiento han seguido siendo irregulares. Aunque su talento es indiscutible, el ex del Barça parece incapaz de alcanzar la consistencia necesaria en un club de primer nivel.
Luis Enrique, por su parte, no está dispuesto a permitir comportamientos que afecten al grupo. Su decisión de apartar al jugador contra el Arsenal fue un aviso claro para el resto de la plantilla. El técnico asturiano ha demostrado a lo largo de su carrera que no le tiembla el pulso a la hora de imponer disciplina.