Mientras el mercado estival comienza a calentar motores, un gesto discreto y una reunión confidencial han encendido de nuevo el debate sobre el destino de Nico Williams. El extremo del Athletic, de 22 años, no ha pronunciado su deseo públicamente, pero sí lo ha hecho en privado ante allegados que militan en el vestuario blaugrana: “Bro, llévame”. Un mensaje implícito que ha resonado hasta en la directiva del Camp Nou.
Reunión clave en la Ciudad Condal
El pasado viernes 13 de junio, Félix Tainta, agente de Nico, aterrizó en Barcelona para un cara a cara con Deco, director deportivo del FC Barcelona. La iniciativa, impulsada por el entorno del jugador, buscaba sondear si el club retomaba interés por el extremo bilbaíno tras el intento del verano anterior.
En paralelo, el técnico Hansi Flick se habría comunicado telefónicamente con Williams para transmitirle las líneas maestras de su proyecto, lo que refuerza que el interés no es puramente superficial.
La cita, según fuentes deportivas, se prolongó más de hora y media y sirvió para contrastar expectativas tanto deportivas como económicas. Sin embargo, la delicada situación financiera del Barça, las restricciones del fair play y la presión por cuadrar balances vuelven a marcar como principal obstáculo el aspecto económico.
El abrazo que alteró el mercado
Horas después de esa reunión, Lamine Yamal publicó en Instagram una imagen abrazado con Nico, celebrando un gol con España. No necesitaba texto. Club, afición y prensa interpretaron el gesto como el símbolo de una conexión natural entre ambos extremos, un vínculo futbolístico y personal con potencial para traspasar fronteras. Desde la óptica culé, Yamal habría avalado de forma no verbal el fichaje de su compañero en la selección.
Este tipo de gestos habían quedado latentes desde el enfrentamiento entre Athletic y Barça en San Mamés, cuando la complicidad entre ambos volvió a ponerse de manifiesto.
Carta credencial: nivel y cifras
El currículum de Nico avala su candidatura. Internacional absoluto desde 2022 y distinguido como MVP en la final de la Eurocopa 2024, firmó con España el primer gol en la victoria final ante Inglaterra. En el Athletic, luciendo ya el dorsal 10, disputó 45 partidos en la temporada 2024‑25, anotando 11 goles y repartiendo 7 asistencias. Aunque su cláusula ronda los 58–62 millones de euros, el club rojiblanco ya contempla mejorar sus condiciones contractuales para retenerlo.
El Barça, por su parte, ya tantea otras opciones: Luis Díaz, cuyo precio supera los 75 millones, y Marcus Rashford como alternativa menos costosa. Pero ante las dificultades para abordar esas operaciones, Nico emerge como una propuesta equilibrada entre juventud, rendimiento en LaLiga y compatibilidad con la plantilla existente.
Estilo de juego y encaje en el proyecto de Flick
Williams aporta lo que el Barça necesita: velocidad endiablada por la banda izquierda, capacidad para romper líneas y gol en momentos definitorios. Su entendimiento natural con Yamal, reforzado en la selección, también encaja a la perfección con la idea de juego que promueve Flick: presión alta, verticalidad y salida rápida de balón.
El técnico alemán no solo avala su llegada sino que habría considerado su incorporación como prioritaria para cumplir con su sistema, lo que suma argumentos deportivos al debate económico.
El desafío de cuadrar balances y la respuesta del Athletic
Frente al Barça, el Athletic adopta una postura de firmeza: no aceptará negociaciones por debajo de la cláusula estipulada. El club bilbaíno ya prepara una oferta de renovación con mejoras económicas y protección contractual. En cambio, la inspiración del jugador es clara: busca dar un salto deportivo y considera al Barça como su destino soñado.
Sólo una fórmula viable para el Barça—que combine ventas, reducción salarial y palancas financieras—permitirá una puerta abierta real, más aún con los rumores sobre disposición de Nico a ajustar su salario, incluso por debajo de lo solicitado por el Bayern.