Pocos clubes en el fútbol español arrastran una historia y una afición tan fiel como el Deportivo de la Coruña. El conjunto gallego, que regresó esta temporada al fútbol profesional después de cuatro largos años en el pozo de la Primera Federación, ha vivido un curso lleno de contrastes. El objetivo era claro: consolidar al club en LaLiga Hypermotion y evitar el sufrimiento del descenso en el año del retorno. Y, pese a momentos de zozobra, el Dépor lo ha conseguido con margen suficiente.
Sin embargo, no todo es calma en A Coruña. El club ha cerrado la temporada en la 15ª posición, ocho puntos por encima de la zona roja, pero lejos de la ilusión de pelear por el ascenso. Este rendimiento, junto al final del contrato de Óscar Gilsanz, ha abierto la puerta a un cambio de ciclo en el banquillo de Riazor. El ambiente en el entorno blanquiazul, marcado por la exigencia y la memoria reciente de épocas doradas, exige decisiones rápidas y acertadas para el futuro inmediato.
El futuro de Óscar Gilsanz, en el aire: sin negociaciones avanzadas
Óscar Gilsanz fue el encargado de liderar al Deportivo en su vuelta al fútbol profesional. Su labor ha sido reconocida internamente, logrando el objetivo principal, pero la realidad es que su contrato termina este 30 de junio y, según fuentes cercanas al club, no existen negociaciones avanzadas para su continuidad. El técnico gallego ha trabajado en un contexto de presión y expectativas, gestionando una plantilla en reconstrucción, pero la dirección deportiva parece buscar un perfil diferente para encarar el próximo proyecto.

En este contexto, han sonado varios nombres para sustituirle, como Antonio Hidalgo, actual entrenador de la SD Huesca, o Alessio Lisci, aunque ninguna de estas opciones ha cobrado fuerza definitiva en las últimas semanas. La prioridad del club es encontrar un líder con experiencia, carácter y capacidad para elevar el rendimiento del equipo.
Paco Jémez, el gran favorito para dirigir al Dépor
Según avanzó el diario Marca, el nombre que más gusta en los despachos de Riazor es el de Paco Jémez. El técnico canario, con una trayectoria sobradamente contrastada en el fútbol español, ha vuelto a ser protagonista esta temporada al frente del Ibiza en el Grupo 2 de Primera Federación. Jémez ha logrado revitalizar al equipo balear, que peleará por el ascenso en los playoffs, y su estilo de juego ofensivo y su capacidad para sacar lo mejor de plantillas jóvenes han llamado la atención de varios clubes históricos.

No es la primera vez que el ex entrenador de Rayo Vallecano, Granada o Córdoba aparece en las quinielas para proyectos ambiciosos. Su experiencia en Primera y Segunda División, sumada a su carácter fuerte y discurso claro, encajan con la idea que maneja la dirección deportiva deportivista. Además, Jémez ya dirigió al Ibiza en la categoría de plata, conoce el reto de la adaptación tras un ascenso y maneja con naturalidad la presión de clubes con grandes masas sociales.
El próximo curso será decisivo para el futuro inmediato del Deportivo de la Coruña. La afición, acostumbrada a noches europeas y títulos, exige un paso adelante y una clara ambición por devolver al club al lugar que merece. Apostar por un técnico como Paco Jémez sería toda una declaración de intenciones: fútbol ofensivo, personalidad en el banquillo y un proyecto que mire más allá de la simple permanencia.
La decisión final se tomará en los próximos días, pero lo que está claro es que el Dépor se prepara para una nueva etapa. El mercado de entrenadores se mueve y Riazor espera, una vez más, un golpe de efecto que devuelva la ilusión a la hinchada gallega.