A veces, ni siquiera los directores deportivos tienen la suficiente potestad como para determinar las decisiones que se toman en cuanto a la confección de la plantilla. Pese a ser ostentar altos cargos dentro del organigrama de los clubes, no son la jerarquía más alta en la toma de decisiones. Y deben asumirlo y seguir trabajando.
Esto le ha ocurrido, por ejemplo, a Roberto Suárez, el director deportivo del Real Oviedo. El exfutbolista tenía como una de sus prioridades poder renovar a Samuel Obeng, pero Javi Calleja, el nuevo entrenador, no contaba con él y desde la propiedad de la entidad asturiana han decidido que lo mejor era que se marchara, desobedeciendo los deseos del director deportivo.
Con todo, el ariete en la ciudad ghanesa de Nsapor, aunque criado en España, ha puesto punto y final a su estancia de cinco temporadas en el Real Oviedo. Lo ha hecho para marcharse al Casa Pía, equipo recién ascendido a la primera división del fútbol portugués que está pescando en España; también ha fichado a Svensson, del Espanyol.
Samuel Obeng, adiós al Real Oviedo
El ariete ghanés, emigrado a España muy joven, pasó por varias de las canteras más 'top' del fútbol español. Tras abandonar el Juvenil del Manlleu, se fue al Getafe y luego al Girona. Y tras unos breves pasos por el Granollers y por el Calahorra, luego ya fichó en 2019 con el Real Oviedo, para jugar una temporada con el filial y al año siguiente adquirir ficha del primer equipo.
Con el elenco carbayón ha jugado 116 partidos, anotando 15 goles y repartiendo una diana. La cifra podría haber sido más elevada, pero el atacante ha pasado la última temporada y media cedido en la SD Huesca, con quien ha visto puerta en 11 ocasiones en 56 duelos disputados.
A sus 27 años, se encuentra en el punto álgido de su carrera; su valor de mercado, 1 millón según Transfermarkt, es el más elevado de su carrera. Ahora, pues, tras prácticamente una vida entera en el fútbol español, pondrá rumbo a Portugal para jugar con el Casa Pía.
Su despedida del equipo ovetense ha sido realmente emotiva. Así rezaba:
"Hoy me despido de vosotros con el corazón lleno de gratitud, repleto de momentos y recuerdos inolvidables. Me voy con la conciencia tranquila, sabiendo que di todo de mí en cada partido y en cada entrenamiento. He tenido el placer y la suerte de disfrutar del Carlos Tartiere y de formar parte de esta gran familia, con una afición inquebrantable donde la pasión por el fútbol y el amor por un escudo nos han unido. Desde ahora, a la distancia, seguiré animando y apoyando como un aficionado más, llevando en mi corazón el espíritu del Real Oviedo.
Solo tengo palabras de agradecimiento. Gracias por la oportunidad que me diste, gracias por hacer posible mi sueño de ser futbolista, gracias por el aprendizaje y, sobre todo, por inculcarme los valores de lo que es luchar con orgullo, valor y garra. Voy a estar eternamente agradecido y lleno de honor por haber tenido la oportunidad de llevar esta camiseta y defender este escudo todo el tiempo. Di todo de mí siempre que vestí de azul, lamento su alguna vez no estuve a la altura defendiendo tus colores.
Deseo de todo corazón que en un futuro no muy lejano el fútbol re devuelva donde mereces estar, que es en lo más alto. No tengo dudas de que así será. Y por último, que no menos importante, quiero dar las gracias por el trato recibido a todos los trabajadores del club que han estado conmigo día a día: personal de prensa, cuerpo médico, cuerpos técnicos, utilleros y jardineros. ¡Gracias! Gracias por todo Real Oviedo. Hasta siempre. Asturias ye azul".