En un momento en el que muchos clubes europeos buscan reforzar su centro del campo con jugadores creativos y veteranos, el Betis no quiere sorpresas. La dirección deportiva, con Manu Fajardo a la cabeza, ha iniciado los contactos formales para ampliar el contrato del malagueño. Esta decisión no solo busca reforzar el proyecto deportivo, sino también alimentar la identidad y el arraigo de la afición con un referente que ha devuelto la alegría a la grada.
Isco Alarcón, que afronta su segunda temporada completa en Sevilla, se ha consolidado como el faro de un Betis ambicioso. Su impacto no solo se mide en estadísticas, aunque los números hablan por sí solos: 33 partidos disputados, 12 goles y 11 asistencias en el último curso, pese a una lesión que le dejó fuera hasta diciembre. Más allá de los registros, el mediapunta ha recuperado su mejor versión, combinando visión de juego, liderazgo y una conexión especial con la grada.
La importancia del ‘22’ verdiblanco trasciende el terreno de juego. Isco es el gran referente del vestuario, el jugador más querido por la afición y el futbolista mejor pagado de la plantilla. El club quiere que su legado sea equiparable al de leyendas como Joaquín, convirtiendo su última etapa en Heliópolis en un ejemplo de longevidad y compromiso. El objetivo es que el malagueño vista de verdiblanco hasta que él mismo decida poner fin a su etapa como profesional.

Un contrato a la altura de una leyenda: blindaje hasta 2029
La propuesta de ampliación, que se negocia con su entorno y con el visto bueno de Manuel Pellegrini, busca extender la vinculación de Isco hasta 2029. De esta forma, el Betis se aseguraría contar con su líder durante las próximas cuatro temporadas, blindándolo ante posibles ofertas de otras ligas. De hecho, el futbolista ha rechazado recientemente propuestas de clubes italianos, priorizando su felicidad y estabilidad en Sevilla.
El mensaje de la dirección deportiva es claro: Isco debe seguir siendo la piedra angular del proyecto y el gran capitán de una plantilla que aspira a seguir peleando por Europa. Este movimiento también tiene una fuerte carga simbólica para la hinchada, que ve en el malagueño a su mejor exponente dentro y fuera del campo. No se trata solo de fútbol, sino de sentimiento y pertenencia a unos colores.
La afición verdiblanca, volcada con el proyecto de continuidad
La noticia de la negociación ha sido recibida con entusiasmo por los seguidores béticos, que ven en Isco el símbolo de una nueva era. El apoyo en redes sociales y la ilusión en los foros reflejan el deseo unánime de que el ‘22’ se quede en el Villamarín el mayor tiempo posible. Su rendimiento ha sido fundamental en las recientes clasificaciones europeas y en la consolidación del Betis como un club respetado en el fútbol español.
En un fútbol marcado por la volatilidad y los constantes cambios, la apuesta del Betis por la continuidad de Isco lanza un mensaje claro: aquí hay proyecto y ambición. El futuro del Real Betis pasa por seguir disfrutando del talento de un futbolista que ha recuperado la sonrisa en Heliópolis y que, a sus 33 años, aún tiene mucho que aportar.