La irrupción de Kevin Medina en el Málaga CF ha sido, sin lugar a dudas, una de las mejores noticias de las últimas temporadas para la afición blanquiazul. El joven delantero de 23 años, que vive su tercera campaña consecutiva en el primer equipo y la cuarta en total. Se ha convertido en una de las ilusiones del club de cara a futuro.
Tanto es así que el propio Sergio Pellicer, entrenador del conjunto de la Costa del Sol, ha depositado en él una gran confianza; otorgándole cada vez más minutos y protagonismo. En lo que va de curso 2024/25, Kevin ha respondido con 2 goles y 1 asistencia en los 14 partidos ligueros que ha disputado. Demostrando su capacidad para desequilibrar y su notable aportación ofensiva.
Un jugador clave para las aspiraciones del Málaga
La importancia de Kevin para el proyecto malaguista es innegable. Sin embargo, la entidad se enfrenta a un problema nada menor: el jugador entró este verano en su último año de contrato, con vigencia hasta el 30 de junio de 2025. En otras palabras, de no renovarlo a tiempo, el futbolista quedaría libre para negociar con cualquier otro equipo a partir del 1 de enero.
Y podría marcharse gratis al término de su vínculo, ocasionando un perjuicio económico y deportivo considerable para el Málaga. Tanto desde el club como desde el entorno del jugador se ha venido hablando de una posible extensión contractual, pero según informa Diario SUR, el proceso está actualmente “completamente estancado”.
Lo cierto es que en los últimos meses se llegó a un principio de acuerdo para renovar a Kevin Medina, pero todo se truncó cuando el atacante cambió de agente. Este movimiento dejó en papel mojado el entendimiento inicial, obligando al Málaga a empezar de cero las conversaciones. Mientras tanto, el reloj corre y la amenaza de que Kevin pueda escuchar ofertas de otros equipos a comienzos del nuevo año preocupa.
Él quiere seguir en su casa
El delantero malagueño, por su parte, no oculta su deseo de continuar. Hace apenas unas semanas concedió una entrevista a La Opinión de Málaga, donde subrayó la relevancia que el equipo tiene para él. Recordando que hubo una oferta del Granada que en ningún momento contempló seriamente.
E incluso aludió a la cesión que vivió en el Gil Vicente de Portugal, por la cual la entidad lusa abonó unos 500.000 euros. Según Kevin, ese préstamo se produjo por circunstancias internas en el club, pero siempre ha manifestado su intención de brillar en la entidad que considera su querida casa.
Con todo, el ariete se muestra firme en que el Málaga debe “valorarle como él valora al Málaga”. Estas palabras revelan que, pese a su predisposición a continuar, busca un reconocimiento contractual acorde a la importancia que está adquiriendo en el equipo.
A día de hoy, la dirección deportiva trabaja contra reloj para retomar las negociaciones y acercar posturas. Aunque Kevin insiste en que desea quedarse, la pelota está también en el tejado de los dirigentes, que habrán de buscar el equilibrio económico y satisfacer las demandas del jugador.