Hoy Míchel Sánchez y el Girona FC tenían una prueba de fuego en Montilivi ante el Athletic Club del 'Txingurri' Valverde. Los catalanes llegaban al encuentro después de 6 partidos seguidos sin ganar, y pese a las malas actuaciones arbitrales, los tres puntos se han quedado en casa por méritos propios.
Por otro lado, hemos visto un hecho insólito en el encuentro entre el Girona FC y el Athletic Club de Bilbao. Y es que en total, el portero blanquirrojo Paulo Gazzaniga ha parado tres penaltis en el mismo partido. El año pasado vimos un caso igual con el portero del Osasuna Sergio Herrera, que atrapó tres veces el balón ante el Cádiz CF.
Unas decisiones arbitrales inexplicables
No obstante, este hecho parece que ha quedado en un segundo plano por los fuertes enfados que ha tenido la afición gironina con el colegiado que ha arbitrado este partido. Aunque sí es cierto que el primer penalti sobre Álex Berenguer era pitable, nadie entiende como la segunda pena máxima no ha acabado siendo anulada. En el inicio de la jugada, el jugador vasco, Unai Gómez, impacta el balón con la mano, por lo que la falta sobre Iñaki Williams debería haber sido anulada por completo.
La indignacion inundo Montilivi cuando el árbitro fue al VAR para pitar el penalti y no anularlo por la mano del jugador del Athletic. No obstante, como hemo dicho Gazzaniga volvió a vestirse de héroe para parar el segundo penalti del partido. La efusiva celebración de los jugadores y la afición se vieron paradas cuando el árbitro decidió repetir la pena máxima, ya que Paulo estaba adelantado durante el lanzamiento.
Esta vez, el penalti lo quería transformar Ander Herrera, aunque se volvió a encontrar con un Paulo Gazzaniga gigantesco. Durante los siguientes minutos del encuentro, la afición tiró de ironía para pedir penalti en cada falta que pitaban en contra del conjunto catalán. Finalmente, parece que el partido estaba escrito, ya que en una de las últimas jugadas del encuentro el VAR ha jugado a favor del Girona, pitando un penalti sobre Krejci.
No obstante, han tenido que avisar al colegiado del encuentro desde la Sala VOR, ya que el colegiado Pulido Santana había hecho caso omiso del agarrón al central checo del Girona. Tras consultarlo con el videoarbitraje y ver que el penalti era claro, ha decidio pitar la pena máxima, y el resto ya ha sido historia. Como no podía ser de otra manera, Cristhian Stuani, quién había entrado en el partido en el descuento, anotó desde los once metros para darle los tres puntos al Girona.
Así pues, la grave e indignante actuación arbitral no ha evitado que el Girona se reencontrará con la victoria. Este segundo tanto 'in extremis' es un premio al trabajo de todo el equipo, que ha sabido remar contra viento y marea.