Todo parecía estable en el mapa futbolístico cuando, de repente, una irrupción inesperada agitó el ambiente con fuerza inusitada. En el centro del anticiclón televisivo de El Chiringuito, Jorge D’Alessandro dejó caer una afirmación con fuerza de frente atlántico: “Mastantuono es mejor que Lamine Yamal”. Lejos de ser un comentario pasajero, el veterano analista activó todas las alertas de opinión y avivó una tormenta que sigue desarrollándose con aire caliente y frío a partes iguales.
El fenómeno D’Alessandro: un frente polar cargado de análisis
Jorge D’Alessandro, conocido por sus análisis explosivos y su pasión irrefrenable, ofreció dos intervenciones —el martes 10 y el domingo 15 de junio— que funcionaron como ondas sucesivas de baja presión. En ambas, el foco fue el joven Franco Mastantuono, joya argentina del River Plate que ya ha fichado por el Real Madrid, pero lo sorprendente fue la comparación directa con Lamine Yamal, el niño prodigio del FC Barcelona.
En su primer diagnóstico, el exportero subrayó que Mastantuono es “mejor que Lamine Yamal”, destacando su versatilidad posicional como trescuartista o interior, una riqueza táctica que, según él, el club blanco necesitaba incorporar de forma “urgente”. Esta afirmación funcionó como un viento de levante en aumento, provocando reacciones inmediatas y generando fricción entre los frentes de seguidores blaugranas y madridistas.
Cuando un niño de 17 años dejó en ridículo a todos los candidatos al BALÓN DE ORO
En su segunda aparición, días más tarde, la borrasca ganó intensidad. D’Alessandro introdujo un análisis más técnico: “Lamine siempre tira al palo largo porque no quiere contacto. Huye. Es un problema cognitivo de toma de decisiones”. Con este parte meteorológico mental, el argentino no solo trazó una lectura táctica, sino que propuso un enfoque formativo y psicológico para entender al extremo del Barça. A su vez, describió a Mastantuono como un talento "impresionante", con potencial para deslumbrar si se le encuentra el sistema adecuado. Según él, jugar junto a alguien como Alexander-Arnold lo “enriquecería”.

La comparación entre ambos jóvenes talentos ha funcionado como una masa de aire caliente colisionando con una ola de frío estructural: por un lado, el fenómeno ascendente que es Yamal, consolidado en LaLiga y con minutos importantes en la selección; por el otro, la promesa sudamericana que aún no ha cruzado el Atlántico, pero que levanta mareas de expectación en cada aparición.
Las redes sociales han actuado como células convectivas, amplificando las palabras de D’Alessandro y generando precipitaciones de opiniones, memes y debates acalorados. Muchos seguidores del Barça han interpretado sus palabras como una infravaloración injustificada de Yamal, mientras que otros, fascinados por el potencial de Mastantuono, ven en ellas un pronóstico adelantado a su tiempo.
Pero ya sabemos de siempre que, en estos casos, conviene no precipitar juicios tempranos y mantener el radar encendido: Mastantuono aún no ha disputado ni un minuto en Europa, mientras que Lamine Yamal ya ha demostrado su capacidad para brillar en contextos de alta presión.