El FC Barcelona afronta la disputa de la Supercopa de España en Arabia Saudí con la intención de olvidar cuanto antes los contratiempos administrativos relacionados con la inscripción de Dani Olmo y Pau Víctor. Sin embargo, y en vísperas del enfrentamiento ante el Athletic Club, unas declaraciones de Raphinha en la rueda de prensa previa al partido encendieron las alarmas en algunos sectores del barcelonismo. El brasileño, fiel a su estilo directo, afirmó que si estuviera en otro club y presenciara esta situación, “se pensaría” si venir o no al Barça, apuntando a que los problemas con la inscripción de futbolistas podrían ahuyentar a potenciales fichajes.
Ese comentario, que el propio Raphinha atribuyó a la empatía que siente por la delicada posición de Dani Olmo y Pau Víctor, no tardó en hacerse viral y ocupar titulares en las redes sociales y medios de comunicación. De hecho, llamó la atención la rapidez con la que, nada más terminar la comparecencia ante la prensa, el brasileño fue visto sobre el césped charlando con Joan Laporta. Las imágenes captadas por varios periodistas, como Abraham P. Romero (en X) y la publicación de Marca, mostraban al presidente y al cuarto capitán blaugrana conversando en la banda del King Abdullah Sports City de Yeda.
A primera vista, aquello pareció una “llamada al orden” del máximo dirigente hacia su jugador, sobre todo después de que la contundente frase de Raphinha pudiera malinterpretarse como un freno a futuros fichajes. No obstante, según ha informado Mundo Deportivo, el propio Laporta no era consciente en ese instante de las declaraciones del extremo, y la charla poco o nada tenía que ver con lo dicho en la rueda de prensa. El presidente habría solicitado hablar un minuto con Raphinha para tratar otras cuestiones internas, antes de saltar al entrenamiento. Fuentes del club, citadas por el rotativo catalán, aseguran que no fue una reprimenda ni una corrección directa respecto a sus declaraciones.
Normalidad en el Barça
En cualquier caso, el gesto de Laporta no deja de ser una muestra de la cercanía que el dirigente mantiene con los futbolistas en momentos delicados. Raphinha, por su parte, quitó hierro al asunto cuando, tras la sesión, fue preguntado por la breve conversación. El brasileño le restó importancia, aclarando que no había trascendido nada relevante y que se mantiene optimista en relación con la situación interna del club. También reiteró su deseo de que los casos de Dani Olmo y Pau Víctor encuentren una solución lo antes posible.
Las palabras del exjugador del Leeds, lejos de escenificar una crisis, revelan lo consciente que es el vestuario de la compleja realidad institucional del Barça. Para Raphinha, que vivió una situación similar cuando esperó hasta el último instante para ver si podía inscribirse en verano de 2022, la incertidumbre no es algo nuevo. En esta ocasión, su intención era mostrar solidaridad con Olmo y Pau Víctor, dejando en el aire una reflexión acerca de cómo los problemas con el ‘fair play’ financiero podrían condicionar la toma de decisiones de otros futbolistas que se plantearan firmar por el Barcelona.