Marc-André ter Stegen vive sus horas más oscuras como jugador del FC Barcelona. El que durante años fue un pilar en la portería culé, héroe de incontables noches europeas y actual capitán del primer equipo, se ha convertido en una figura incómoda en la nueva era liderada por Hans-Dieter Flick.
El técnico alemán ha sido claro y directo: "Si se queda, no juega". Y pese a la crudeza de esa afirmación, el portero alemán ha decidido mantenerse firme… y no moverse. La situación es compleja por múltiples motivos. En primer lugar, la llegada de Joan García desde el RCD Espanyol ha cambiado el mapa en la portería del Barça.
El guardameta ha impresionado a Flick desde el primer día y ha sido designado como titular indiscutible. Su perfil encaja con el estilo que quiere imponer el técnico, y su proyección lo convierte en una apuesta a largo plazo. Ter Stegen, por el contrario, arrastra aún molestias en la rodilla tras su lesión de gravedad hace casi un año.

El portero de la selección… sin minutos
Con el Mundial de 2026 en el horizonte, el guardameta necesita minutos para mantener su rol en la selección alemana, donde Julian Nagelsmann todavía confía en él. Pero sin partidos en las piernas, su titularidad en Die Mannschaft peligra. La decisión de quedarse en el Barça, por tanto, puede tener consecuencias también en el plano internacional.
Aun así, Ter Stegen se siente traicionado por el club. Según fuentes cercanas, esperaba un trato más respetuoso por parte de la directiva y del nuevo cuerpo técnico, especialmente teniendo en cuenta todo lo que ha dado por el escudo blaugrana desde su llegada en 2014.

Esa decepción ha provocado que esté decidido a cumplir su contrato, que se extiende hasta 2028. No está dispuesto a perdonar ni un euro de su elevado salario, ni a facilitar una salida que siente injusta.
Un problema económico para Laporta
La ficha de Ter Stegen es una de las más altas de la plantilla, y liberarla era clave para poder inscribir tanto a Joan García como a los nuevos fichajes que están por llegar. El plan económico del club dependía en gran parte de la marcha del arquero germano, y su negativa podría desestabilizar la hoja de ruta diseñada por la dirección deportiva.
Flick quiere un grupo comprometido con su idea y teme que la presencia de un capitán sin minutos ni protagonismo acabe generando tensiones internas. Ter Stegen, aunque es un profesional intachable, no aceptaría con naturalidad pasar a un rol secundario tras tantos años siendo intocable.
Posible paso por el quirófano
Y por si fuera poco, los servicios médicos del club no descartan que el portero tenga que volver a operarse de la rodilla, lo que lo dejaría fuera de combate durante al menos cuatro meses. Esa posibilidad hace más difícil encontrarle salida en el mercado, ya que ningún equipo de primer nivel aceptaría ficharlo lesionado y con una ficha tan elevada.
El caso Ter Stegen se ha convertido en un polvorín. Flick no cuenta con él. El club quiere que se marche. Pero él no tiene intención de dar un paso al lado. Y todo apunta a que, salvo giro inesperado, el alemán pasará la temporada en la grada… con el sueldo más alto de la plantilla. Una bomba de relojería para el Barça.