El Deportivo de la Coruña sigue agitando el mercado de fichajes con un objetivo claro: construir una plantilla sólida y competitiva que le permita pelear por los puestos de privilegio en Segunda División.
Entre las operaciones que más expectación están generando en A Coruña destaca una que involucra a un jugador con experiencia en la categoría, una trayectoria ascendente y, sobre todo, una fuerte conexión con Galicia. El club blanquiazul quiere aprovechar esa conexión emocional y deportiva para convencerle de volver a casa.
Un gallego con historia en el fútbol de su tierra
El futbolista en cuestión ha desarrollado la mayor parte de su carrera en equipos gallegos, desde su formación en las canteras del Bergantiños y el Celta de Vigo hasta su paso por conjuntos históricos como el Pontevedra, el Racing de Ferrol y el Lugo. Esa familiaridad con el entorno, unida a su madurez profesional en la categoría de plata, le convierten en un perfil perfecto para lo que busca el Dépor.

En lo estrictamente futbolístico, el jugador acumula cinco temporadas completas en Segunda División y ha demostrado ser un valor seguro. Con una proyección ofensiva destacable, solidez defensiva y una actitud constante, su evolución ha llamado la atención en A Coruña, donde no quieren dejar escapar la oportunidad de sumarlo.
El Huesca resiste y remite a su cláusula
El principal obstáculo, como suele suceder en estas operaciones, es el precio. La SD Huesca no quiere desprenderse fácilmente de uno de sus jugadores más regulares de las últimas campañas y se remite a su cláusula de rescisión, fijada en un millón de euros. El contrato del lateral fue renovado automáticamente hasta 2026 debido al número de partidos disputados, lo que complica las negociaciones para el Deportivo.

Desde Riazor, sin embargo, no tiran la toalla. La dirección deportiva, encabezada por Fernando Soriano, confía en que el deseo del jugador de volver a Galicia pueda ser un factor determinante. Y más aún cuando existe una relación profesional previa con el actual entrenador del Dépor, Antonio Hidalgo, quien ya lo tuvo a sus órdenes en Huesca.
Un fichaje con sentido deportivo y emocional
En lo deportivo, el futbolista ha rendido a buen nivel tanto en temporadas de permanencia como en proyectos ambiciosos. En total, suma 75 partidos oficiales con el Huesca y ha anotado seis goles, una gran cifra para un defensa. Su regularidad, conocimiento de la categoría y liderazgo le convierten en una apuesta segura.
Hidalgo valora especialmente su capacidad para adaptarse a diferentes esquemas defensivos, su compromiso y su experiencia en momentos clave. De hecho, no es el único jugador que el técnico ha pedido a la dirección deportiva, pero sí el que más urge concretar.
La clave, como tantas veces, puede estar en la voluntad
Todo apunta a que el acuerdo depende de la presión que el propio jugador pueda ejercer para facilitar su salida. El Dépor ya ha demostrado en este mercado su ambición, y sumar un jugador de este perfil sería una declaración de intenciones. La operación no está cerrada, pero avanza.
El nombre del objetivo no es otro que Miguel Loureiro, el lateral gallego que podría vestir de nuevo los colores de su tierra y convertirse en un pilar del nuevo Deportivo.