En la vida de los clubes grandes, siempre hay algún asunto pendiente que marca el rumbo del verano. El FC Barcelona no escapa a esa regla. Este 2025, la dirección deportiva trabaja contrarreloj para asegurar que el proyecto de Hansi Flick cuente con los jugadores más determinantes del vestuario. La estabilidad, en estos momentos, se considera fundamental para encarar un nuevo ciclo de éxitos.
No hace tanto, la relación entre Frenkie de Jong y el Camp Nou atravesaba sus horas más grises. Las dudas sobre su rendimiento y su peso en el equipo eran tema de debate constante. Incluso algunos aficionados llegaron a cuestionar su continuidad el pasado verano. Sin embargo, la última temporada ha supuesto un punto de inflexión. De Jong, tras dejar atrás problemas físicos y una lesión en el tobillo, se ha asentado como titular indiscutible. Ha mostrado su mejor versión desde que llegó al Barça, convirtiéndose en el eje sobre el que gira el centro del campo.
El técnico Hansi Flick no tiene dudas: quiere construir su proyecto alrededor de él y de Pedri, convencido de que su calidad y visión pueden marcar la diferencia en los grandes partidos. En el vestuario, De Jong ha crecido también en liderazgo, convirtiéndose en tercer capitán y ganándose el respeto tanto de compañeros como de la afición.

La negociación se estanca: los problemas económicos y el salario, el gran escollo para la renovación
El club vive con tranquilidad aparente, pero la dirección deportiva no puede permitirse distracciones. El contrato de De Jong termina en 2026. Sin embargo, el Barça quiere cerrar su continuidad cuanto antes. En este sentido, según El Nacional, el propio Deco, director deportivo azulgrana, ha fijado una fecha límite muy clara: diciembre de 2025. Si no hay acuerdo entonces, De Jong podría negociar libremente con cualquier club a partir de enero.
La voluntad del jugador de seguir en Barcelona es firme. Pero el principal problema está en los números. De Jong firmó en tiempos de Bartomeu un salario de los más altos de la plantilla, con cantidades diferidas que afectan directamente al límite salarial. El club desea renovarle, pero también ajustar esas condiciones al nuevo contexto económico. Aquí es donde las posturas se alejan. El entorno del jugador entiende la situación, pero tampoco está dispuesto a renunciar a lo que considera justo tras años de entrega y compromiso.

Flick y Deco, unidos pero con presión: evitar un caso como el de Dembélé o Gavi
El aprendizaje del pasado sigue muy presente en los despachos del Camp Nou. El Barça ya vivió episodios complicados con la marcha de Dembélé o la tardía renovación de Gavi. Ahora no quieren correr riesgos. Flick ha sido contundente en sus mensajes internos: De Jong es imprescindible y el club debe hacer todo lo posible para retenerlo. Pero Deco, realista, recuerda que la planificación deportiva y económica deben ir de la mano. Si no hay firma antes de diciembre, la dirección deportiva valorará otras opciones, aunque esa idea ni se plantea en el cuerpo técnico.
La relación entre las partes es cordial. No existen presiones públicas ni ultimátums mediáticos, pero el reloj avanza y la exigencia de tomar decisiones aumenta. Mientras tanto, la afición observa con atención cada paso en la negociación, sabiendo que la continuidad de De Jong podría marcar el techo del Barça en los próximos años.