Hay cosas que tienen la increíble capacidad de hacer daño al mismo tiempo que provocan una lúcida sonrisa en el rostro. Todo depende de la perspectiva con la que las mires. Uno de estos ejemplos es, por ejemplo, la última publicación que ha publicado Gerard Piqué en sus redes sociales, que no ha estado para nada exenta de polémicas y críticas; para variar.
El exfutbolista del Barça viajó a Abu Dabi junto a su nueva pareja, Clara Chía, a pasar unos días. Allí coincidió con otros jugadores ya retirados y juntos se hicieron una imagen que transmite más clase que la universidad de Harvard. En la parte izquierda de la foto aparecen, además de Piqué, Ronaldinho y Thierry Henry, dos de los mejores jugadores de la historia del Barça.
Y al lado de ellos, abrazando al francés, Luis Figo, quien tiene al otro costado a dos exmadridistas, Roberto Carlos e Iker Casillas. 13 Champions y 2 Balones de Oro en una simple imagen; nada mal. Y también algunos anillos de la NBA si deslizamos y vemos todas las fotos de la publicación. Pero, pese a todo el talento reluciente, algunos aficionados han aprovechado para reabrir viejas heridas del pasado.
Además, en otra imagen podemos ver a los tres exbarcelonistas disfrutando de un partido de pretemporada de la NBA que precisamente se disputaba en Abu Dabi y al que fueron invitados. Era un Boston Celtics contra el vigente campeón de la liga estadounidense de baloncesto, los Denver Nuggets, en el que se llevaron la victoria los de Massachusetts.
La batalla del 'hate'
En los comentarios de esta publicación de Gerard Piqué puede apreciarse un nuevo debate que daría para muchas horas de discusión. Una incógnita realmente quisicosa. Quién es más odiado: Gerard Piqué por los fans de Shakira o Luis Figo por los aficionados culés.
Entre los miles de mensajes críticos del fandom de la cantante colombiana hacia el catalán, podemos encontrar algún que otro futbolero que le recuerda que aquel con el que está posando 'traicionó' al Barça. Los aficionados azulgranas sienten un fuerte odio hacia Luis Figo debido a su polémico traspaso al Real Madrid en el año 2000. El portugués, quien era uno de los jugadores más queridos en el FC Barcelona, se marchó al máximo rival en un movimiento que los culés consideraron un movimiento propio de Judas. Su regreso al Camp Nou con la camiseta del Madrid fue recibido con furia por los hinchas, simbolizando para muchos la deslealtad y la mercantilización del fútbol.