En España ha surgido una nueva generación de deportistas que promete darnos muchas, muchísimas alegrías; en el presente y en el futuro. Lo estamos viendo con Carlos Alcaraz en el tenis; con Lamine Yamal, Nico Williams y compañía en el fútbol, con Juan Ayuso en el ciclismo; y esto es tan solo una pequeña parte de una larguísima lista. Otra de las que podría entrar, si mantiene su proyección actual, es Emma Carrasco.
La nadadora ilerdense se ha clasificado para disputar dos pruebas en los Juegos Olímpicos de París con apenas 18 años. Entrena en el Club Natación Sant Andreu, uno de los clubes predilectos del agua catalana. Y, en competiciones con este club, ha logrado superar las mínimas de las disciplinas de 200 y 400 metros estilos.
No sólo eso sino que, además, se ha proclamado campeona del mundo y de Europa en la categoría junior recientemente. Así pues, ha demostrado ser un diamante que debe terminar de pulirse y que ahora tendrá la oportunidad de mostrar su destreza ante el mundo entero. Disputar unos Juegos Olímpicos no está al alcance de cualquiera, pero de ella sí.
De hecho, el enorme hito de haberse clasificado para unos Juegos Olímpicos no es más que el siguiente capítulo de una gran dinastía familiar. Su padre, Jordi Carreño, ya fue olímpico en Sydney 2000 y su abuelo, Jordi Cadens, también estuvo metido durante muchos años en el mundo de la élite de la natación española.
Conociendo a Emma Carrasco
La joven ilerdense, pues, ha demostrado ser una deportista de mucho talento y, sobre todo, muy completa. Así lo demuestra, por ejemplo, que su disciplina de especialidad sea una en la que se practican los cuatro estilos. Pero, más allá de su talento flotando en el agua, Emma Carrasco también dedica parte de su tiempo a los estudios.
La ilerdense estudia psicología en la Universidad Católica de Murcia. Este verano ha terminado su primer curso universitario ejerciendo esta tipología de estudios duales.
Y ahora, una vez superado el primer curso, para celebrarlo, dispondrá de un regalo extraordinario y merecido: el de participar en los Juegos Olímpicos. En cuanto a los objetivos que se marca para esta competición, ella lo tiene más que claro. "Como es mi primera experiencia olímpica y soy aún muy joven voy con el ánimo de que no tengo nada que perder. Tengo todavía mucho margen de mejora, así que quiero aprender de vivir esta experiencia", le confesó al medio Segre.