El próximo 19 de junio se producirá en Barcelona ciudad un acontecimiento automovilístico importante y muy interesante. Un espectáculo donde coches de F1 harán una exhibición por las calles de Barcelona, espectáculo que muchos han aprovechado para abocar su odio a todo lo que tenga relación con el mundo de la automoción. Son los del “no a todo”, No a la energía nuclear, no en los parques eólicos, no a la industrialización, no al turismo(ningún tipo de turismo), no a los coches, etc.
Alguien que no esté metido en este mundo puede pensar que hacer correr vehículos de F1 por las calles de una ciudad es algo inventado ahora para hacer negocio publicitario, pero esto es bastante antiguo, más que los propios circuitos. En Catalunya hay carreras de nivel internacional desde el 1908, y hasta el 1975 se habían organizado carreras de motocicletas y coches en los circuitos urbanos de Pedralbes y Montjuic, utilizando calles y avenidas del día a día. A nivel internacional tenemos el ejemplo de Montreal, en el Canadá, donde se usa como circuito la Isla de Notre Dame o el mítico circuito de Mónaco.
Si bien podemos entender la molestia de los vecinos, hay que destacar que es algo puntual y a cambio genera ingresos en la ciudad y cercanías. Muchos dirán que no merece la pena por el que (supuestamente) compuerta, pero no es motivo como para tirar el odio viste estos días a las xxss a todo el que sea generador de riqueza, en mayor o menor medida, ya sea la F1, la Copa América, el Mobile, etc. Cada vez que se presenta un acontecimiento similar salen los mismos con el “No a todo”, eso sí, sin ninguna propuesta razonable a cambio, sencillamente prohibirlo todo.
Abrámonos un poco, se trate de buscar un punto medio para que todo el mundo se pueda sentir cómodo, hacer que el país sea un punto de interés mundial y que todo el mundo quiera venir a hacer congresos, presentaciones o espectáculos que tengan impacto económico positivo directo.