Después de años de cesiones, dudas y negociaciones fallidas, el FC Barcelona ha logrado cerrar uno de los capítulos más largos y delicados de su planificación deportiva reciente: la salida definitiva de Clément Lenglet. El central francés, que no entraba en los planes desde hace varias temporadas, ya es historia del club blaugrana.
Su destino, como se había anticipado, es el Atlético de Madrid, donde jugó cedido durante el último curso. Sin embargo, lo que parecía un traspaso convencional encierra varios detalles que explican por qué este caso ha sido tan espinoso y prolongado para la directiva culé.
Un adiós inevitable que llega con alivio financiero
El Barça llevaba tiempo buscando una solución definitiva para Lenglet. A pesar de haber rendido bien en sus primeras temporadas, su rol fue disminuyendo progresivamente hasta convertirse en un jugador prescindible. Las cesiones a Tottenham, Aston Villa y Atlético aliviaron momentáneamente la situación, pero no eliminaron el problema: el elevado salario del futbolista.

Con esta desvinculación, el club catalán se ahorra cerca de 32 millones de euros correspondientes a las dos temporadas que le quedaban, incluyendo diferimientos salariales pactados en años anteriores. Una cifra muy significativa para unas arcas tan necesitadas como las del Barça.
El ‘precio oculto’ de la rescisión
Sin embargo, la salida no fue completamente gratuita. Según informó Jijantes, la entidad azulgrana tuvo que abonar 1,5 millones de euros a Lenglet para conseguir la carta de libertad definitiva. Un pago que, aunque pequeño comparado con lo que se ahorra el club, deja claro que las operaciones aparentemente “rentables” conllevan su peaje.

De este modo, Lenglet queda liberado de su contrato con el Barça y puede fichar libremente por el Atlético, que no ha desembolsado ninguna cantidad por su traspaso. A cambio, sí ha asumido buena parte de su ficha, lo que facilitó que el club catalán aceptara el acuerdo.
Un junio de salidas estratégicas
La marcha de Lenglet se suma a otras operaciones que han marcado este arranque de mercado para el Barça. A principios de mes, Álex Valle fue traspasado al Como italiano por 6 millones, mientras que la venta de Todibo al West Ham dejó 8 millones extra en caja, gracias al 20 % de plusvalía que el club azulgrana había asegurado en su día.
Junio está siendo un mes clave para liberar masa salarial, hacer caja y empezar a definir el futuro inmediato del proyecto deportivo. Y aunque muchas de estas operaciones no ocupen grandes titulares, son vitales para poder inscribir nuevos jugadores.
La historia completa de Lenglet en el Barça
Lenglet llegó al Camp Nou en 2019, procedente del Sevilla, por un traspaso de 35,9 millones de euros. En sus primeras temporadas fue titular habitual, con técnicos como Ernesto Valverde y Ronald Koeman confiando en él. En total, disputó 160 partidos oficiales, marcó 7 goles y repartió 3 asistencias.
Sin embargo, errores puntuales, falta de regularidad y el ascenso de nuevos talentos lo fueron apartando poco a poco del primer plano. Durante las tres últimas temporadas no jugó ni un solo minuto con la camiseta blaugrana: fue cedido consecutivamente al Tottenham, Aston Villa y Atlético de Madrid.
Pero lo más impactante aún no se había revelado…
Pese a que se había hablado de ahorro, rescisión y salida, lo que muchos no sabían es que el Barça también había incluido una cláusula anti-Madrid en el acuerdo de desvinculación de Lenglet. Es decir, el jugador no podrá ser traspasado ni cedido al Real Madrid ni a ningún club que dependa de su estructura.
Una medida preventiva que demuestra el recelo del club ante cualquier movimiento inesperado, y que ha sorprendido incluso dentro del entorno del propio Atlético. Porque, a veces, lo más impactante no está en las cifras… sino en lo que se prohíbe.