El Getafe se ha visto forzado a tomar una decisión trascendental en las últimas horas del mercado de fichajes. A pesar de que Christantus Uche había manifestado públicamente su deseo de continuar en el Coliseum Alfonso Pérez, la realidad financiera del club ha empujado la situación hacia un desenlace inesperado.
La presión del Fair Play obliga a vender
El presidente Ángel Torres ya había dejado clara la hoja de ruta el pasado viernes. Era imprescindible una venta de peso para cuadrar las cuentas y poder inscribir a los refuerzos veraniegos. La delicada situación con el Fair Play financiero, sumada a la derrota frente al Valencia, precipitó la resolución del caso. Finalmente, el sacrificado ha sido Uche, pese a su voluntad de quedarse.
Según adelantó Matteo Moretto, el delantero nigeriano ha viajado este domingo a Londres para cerrar su fichaje por el Crystal Palace, en una operación cercana a los 20 millones de euros. La cifra permitirá al club liberar espacio salarial y dar de alta a Abqar, Sancris, Neyou, Kiko Femenía, Javi Muñoz y Juanmi, jugadores que seguían pendientes de inscripción.

El jugador no quería salir, pero el club no tenía margen
A sus 22 años, Uche se había convertido en uno de los futbolistas más determinantes del Getafe. Su potencia física, capacidad de presión y facilidad para generar ocasiones lo habían consolidado como titular indiscutible para Bordalás. El propio delantero frenó la semana pasada la opción del Wolverhampton, pero esta vez el club no le ha dado opción.
El futbolista se marcha contrariado, consciente de que la decisión responde más a una necesidad contable que a un planteamiento deportivo. En todo caso, desembarca en la Premier League con un Crystal Palace que recientemente fichó a Yeremy Pino y busca un nuevo referente ofensivo para el proyecto de Oliver Glasner.
El impacto en la plantilla azulona
Para Bordalás, la salida supone un contratiempo considerable. El técnico pierde a un atacante que encarnaba la intensidad y el sacrificio que exige su libreto táctico. Aunque la venta soluciona un problema administrativo inmediato, también deja a la plantilla con menos pólvora en ataque en un curso en el que el Getafe había empezado con buenas sensaciones.
El recuerdo de Uche en el Coliseum será agridulce: querido por la grada, decisivo en numerosos partidos y ahora víctima colateral de una situación financiera asfixiante. Con su traspaso, el club espera garantizar estabilidad a corto plazo y evitar sanciones futuras de LaLiga por incumplir el límite salarial.
Un movimiento con doble filo
El caso de Uche refleja el delicado equilibrio que afrontan equipos como el Getafe en la actual estructura económica de LaLiga. Asegurar la viabilidad puede implicar renunciar a piezas clave justo cuando la temporada comienza. Para el Crystal Palace, en cambio, se trata de una oportunidad de mercado que refuerza su ataque con un jugador joven y ya contrastado en una liga exigente.