El verano siempre es un momento de tensión en los despachos del Benito Villamarín. Con la llegada de la ventana de fichajes, los rumores sobre incorporaciones y salidas se convierten en el pan de cada día para los aficionados verdiblancos, que este año miran con especial atención la reconstrucción del equipo tras una campaña llena de altibajos. La dirección deportiva, consciente de la necesidad de reforzar la plantilla, sigue trabajando para dar el salto de calidad definitivo y acercarse a los puestos europeos. Sin embargo, el futuro de la banda derecha es uno de los grandes interrogantes de la planificación bética.
La pasada temporada, el Betis demostró que tiene plantilla para luchar en LaLiga y pelear por un billete europeo, pero también dejó claro que necesita soluciones creativas para dar ese paso extra. Las lesiones, las rachas irregulares y la falta de gol en momentos clave han puesto en evidencia algunos puntos débiles, sobre todo en la parcela ofensiva. En este contexto, la figura de un extremo rápido y desequilibrante resulta fundamental para el sistema de juego de Manuel Pellegrini.
El club ha dejado claro en varias ocasiones que su gran prioridad es retener a uno de los futbolistas más determinantes del último curso, Antony. Sin embargo, la complejidad de la operación y la competencia internacional hacen que la dirección deportiva se vea obligada a valorar alternativas de peso en caso de que la principal opción no fructifique.

El caso Antony: Voluntad, negociación y competencia
El extremo brasileño se convirtió en uno de los grandes reclamos para la afición bética durante su cesión. Su capacidad para romper líneas, sumar goles y generar peligro constante por la banda derecha lo han transformado en uno de los nombres propios del mercado verdiblanco. No obstante, conseguir una nueva cesión —o incluso una compra parcial— no es sencillo. El Manchester United, club propietario de sus derechos, todavía no ha dado una respuesta definitiva.
El interés de clubes de la liga turca, como el Galatasaray, y la presión económica en el mercado internacional añaden incertidumbre a la negociación. Aun así, la voluntad del futbolista de regresar a Sevilla es un punto a favor del Betis, aunque el club se mantiene cauto ante un posible giro de guion en las próximas semanas.

Alternativa en el AC Milan: Samu Chukwueze vuelve a escena
Ante este escenario de incertidumbre, la secretaría técnica del Betis ha empezado a mover ficha en busca de alternativas solventes. Según informa el periodista italiano Gianluca Di Marzio, el club ha puesto el foco en el AC Milan y ha preguntado por la situación de Samu Chukwueze. El extremo nigeriano, de 25 años, es un viejo conocido de LaLiga tras su etapa en el Villarreal y encajaría perfectamente en el perfil que busca Pellegrini: velocidad, desborde y capacidad de adaptación al campeonato español.
Chukwueze llegó al Milan en el verano de 2023 tras una operación cercana a los 21 millones de euros. Sin embargo, no ha logrado consolidarse como titular en la Serie A durante la segunda mitad de la temporada, acumulando menos minutos de los esperados y alternando suplencias. En total, sumó 1.285 minutos repartidos en 36 partidos, con cinco goles y tres asistencias, cifras interesantes pero lejos de las expectativas creadas a su llegada a San Siro. Con contrato hasta 2028 y un valor de mercado que ronda los 14 millones según Transfermarkt, el Milan podría estar abierto a una cesión, fórmula que encajaría en la política de refuerzos del Betis.