El FC Barcelona afronta el tramo final del mercado invernal con movimientos sorprendentes en su filial. La necesidad de equilibrar cuentas y la aparición de proyectos emergentes en ligas lejanas han propiciado operaciones que, hace solo unos años, parecían impensables. Desde Arabia Saudí, donde ya han recalado jóvenes promesas del fútbol español como Gabriel Veiga o Iker Almena, insisten en hacerse con otro talento formado en La Masia.
El protagonista de esta historia es el capitán del Barça B, Unai Hernández, un centrocampista de 20 años que ha brillado con luz propia en la presente temporada. Después de ser suplente este fin de semana ante el Ourense por petición del propio futbolista, todo apunta a que pondrá rumbo al Al-Ittihad de Yeda en cuestión de días, según ha asegurado Fabrizio Romano. En las oficinas del Camp Nou se da por hecho que la operación supondrá una inyección económica cercana a los 4 o 5 millones de euros, una cifra inesperada por tratarse de un futbolista tan joven.
El Al-Ittihad, dirigido deportivamente por Ramón Planes —antiguo responsable de la secretaría técnica azulgrana—, ya ha protagonizado sonados movimientos en los últimos meses. Cuenta en sus filas con futbolistas de la talla de Karim Benzema, Kanté, Fabinho, Aouar, Danilo Pereira, Moussa Diaby y Bergwijn, lo que hace pensar que el equipo saudí tiene cubierta la medular con figuras de gran renombre. Sin embargo, la apuesta por el capitán del Barça B responde a una visión de futuro y al deseo de incorporar a un jugador con mucho margen de progresión.
Había proyecto con Unai, pero 'la pela és la pela'
El joven talento firmó contrato hasta junio de 2026 y ha sido uno de los nombres más sonados en la órbita blaugrana durante el último año. Con 9 goles y 3 asistencias en 20 encuentros con el filial, se había convertido en la pieza clave del equipo. Además, había sido habitual en los entrenamientos con el primer plantel dirigido por Hansi Flick, e incluso viajó a Estados Unidos para realizar la gira veraniega con los mayores.
La ausencia de este futbolista en el once inicial ante el Ourense fue un síntoma inequívoco de su inminente salida. Según fuentes internas, el mediocentro pidió no tener minutos mientras cerraba los últimos flecos de la negociación con el Al-Ittihad. Al parecer, el conjunto saudí tuvo que liberar una plaza antes de oficializar el fichaje, algo que por fin han conseguido tras resolver ciertas cuestiones burocráticas.
El Barça, por su parte, se aseguraría varios beneficios en caso de que la operación se concrete. La entidad catalana sigue el camino que ya marcó cuando vendió a otras promesas y se reservó derechos sobre futuras ventas o la posibilidad de recomprar al jugador en un plazo determinado. En tiempos complicados a nivel económico, este tipo de ventas inesperadas permite reforzar el músculo financiero del club y, al mismo tiempo, deja abierta la puerta a un regreso si la joven estrella sigue creciendo en Arabia Saudí.
El Al-Ittihad, segundo clasificado en la Saudi Pro League y presente en las semifinales de Copa, espera que la incorporación del capitán culé sea la guinda de un proyecto ambicioso. El fichaje, a punto de hacerse oficial, confirma que los clubes saudíes no solo buscan grandes estrellas consagradas, sino también nuevos talentos que puedan rendir a medio y largo plazo. El futuro del centrocampista está a un paso de cambiar de escenario: de la cantera más famosa del mundo al fútbol emergente de Oriente Medio.