El entorno del FC Barcelona vive uno de los momentos más ilusionantes de los últimos años. La afición, ávida de referentes desde la defensa, observa con expectación a una joven promesa que se está consolidando a pasos agigantados. Este futbolista, con tan solo 18 años recién cumplidos, ha cautivado a periodistas y analistas que lo definen como un diamante en bruto llamado a liderar el eje de la zaga azulgrana.
Ese jugador es Cubarsí, a quien el periodista Albert Blaya ha etiquetado como “probablemente el mejor central pasador del planeta”. Su afirmación, publicada en redes sociales, va acompañada de datos que respaldan la seguridad y calidad en el pase de este defensor. El mensaje de Blaya refleja una opinión cada vez más extendida, sustentada en las estadísticas que está firmando tanto en Champions como en LaLiga.
Según los registros de esta temporada, el joven central presenta un promedio de pases completados superior al 90% en ambos torneos. En Champions, logra 75,9 pases por partido con un 94% de acierto, y en LaLiga la cifra se sitúa en 74,0 pases con el mismo nivel de efectividad. El desglose de esos envíos muestra un índice de acierto cercano al 95% en campo propio y alrededor del 90% en campo contrario, lo que indica una solidez notable en la salida de balón.
Más que un simple central
Este zaguero, además, no se limita a jugar en corto, ya que ejecuta con éxito pases en largo y globos que rompen líneas, promediando alrededor de cuatro y uno o dos por partido respectivamente. Dichas cifras reflejan que Cubarsí no teme arriesgar cuando vislumbra oportunidades para lanzar a sus compañeros al ataque. De hecho, su adaptación al primer equipo ha sido tan meteórica que algunos lo comparan con mediocentros de gran nivel por su visión de juego y capacidad de creación.
Los números no se quedan solo en la precisión en el pase, puesto que también registra asistencias y ocasiones claras creadas, evidenciando su influencia tanto en la construcción del juego como en la finalización de jugadas. En LaLiga lleva dos asistencias y hasta tres ocasiones claras creadas, cifras inusuales en un central tan joven. Este bagaje confirma que no solo sabe defender, sino que también aporta soluciones ofensivas.
Albert Blaya, en su tuit, destacó que el central “ya no es que encuentre al compañero, es que parece un mediocentro de los buenos”. Este elogio resume a la perfección la dualidad de un jugador que, en plena adolescencia, se desenvuelve con la templanza de un veterano. Para el barcelonismo, ilusionado con la idea de tener un baluarte en la zaga para los próximos años, estas palabras suponen un soplo de optimismo.
En un FC Barcelona que intenta recuperar el dominio de juego en todas las competiciones, contar con un central que aporte fiabilidad y salida de balón es un lujo. Y si, además, se trata de un canterano de 18 años con la confianza plena de periodistas especializados, el futuro luce aún más prometedor. Así, Cubarsí camina firme en su objetivo de ganarse un hueco fijo en la historia azulgrana, mientras los culés observan con esperanza su progresión y los rivales toman nota de su precoz grandeza.