Catalunya, tierra habitualmente rica en recursos hídricos, está pendiente constantemente de sus embalses. Estructuras vitales que determinan el día a día de millones de personas, la producción agrícola y la estabilidad ecológica.
Este 2025 se anticipaba con gran incertidumbre tras períodos anteriores marcados por sequías severas. Sin embargo, ¿cuál es la realidad actual? ¿Estamos realmente en una situación de riesgo hídrico, o podemos respirar tranquilos?
Situación actual de los embalses catalanes
El estado de los embalses en Catalunya ha mejorado mucho respecto al año anterior. Actualmente, las reservas totales se sitúan en un prometedor 79,73 % de capacidad hídrica. Esta cifra representa un importante avance respecto al preocupante 27,21 % registrado en mayo del año pasado, revelando una recuperación notable y muy por encima de los promedios históricos más recientes.

El término "capacidad hídrica" hace referencia al volumen máximo de agua que un embalse puede contener. En términos prácticos, si consideramos que en situación de normalidad hídrica unos 7,5 millones de habitantes consumen aproximadamente un hectómetro cúbico (hm³) de agua diario. Esta recuperación es sumamente tranquilizadora, garantizando el abastecimiento sin restricciones a corto plazo.
Embalses destacados en Catalunya
Algunos embalses catalanes merecen especial atención debido a su importancia estratégica. Por ejemplo, el embalse de Sau, uno de los más emblemáticos del sistema Ter-Llobregat, presenta actualmente un 66,25 % de capacidad.
Esta cifra es muy superior al alarmante 22,57 % que registraba exactamente hace un año. El embalse de Sau es crucial no solo por su volumen, sino también por abastecer directamente a gran parte de la población de Barcelona y su área metropolitana.
Otro embalse fundamental, Susqueda, está todavía en mejor situación con un notable 84,54 %, lo cual aporta estabilidad adicional al suministro hídrico catalán. También es destacable la situación del embalse de La Baells, que alcanza el 98,19 % de su capacidad. Lo que asegura una excelente reserva para toda la región del Berguedà y comarcas vecinas.
Contrastes y preocupaciones actuales
No obstante, no todos los embalses presentan cifras igualmente tranquilizadoras. Algunos más pequeños pero importantes como el de Siurana, con apenas un 26,09 %. Y Riudecanyes, con un 61,11 %, evidencian la vulnerabilidad hídrica que aún persiste en ciertas zonas de Catalunya, especialmente en el sur.
Estos embalses, aunque menores en volumen, son claves para la agricultura local y el mantenimiento de los ecosistemas regionales. Por otro lado, embalses más reducidos pero estratégicos como el de Foix (98,21 %) y Sant Ponç (94,01 %). Presentan reservas próximas a la capacidad máxima, ofreciendo tranquilidad adicional en el ámbito local.

Impacto previsto
La recuperación generalizada de las reservas hídricas en Catalunya supone un importante respiro para la población, la agricultura y los ecosistemas. Aun así, no se debe bajar la guardia. Las condiciones meteorológicas y los patrones climáticos, cada vez más impredecibles debido al cambio climático, podrían volver a poner en riesgo esta aparente estabilidad.
La situación actual, lejos de fomentar la complacencia, debe entenderse como una oportunidad para reforzar la gestión hídrica sostenible. Mejorar infraestructuras, incentivar las prácticas agrícolas sostenibles y optimizar el consumo doméstico son tareas urgentes y necesarias para garantizar que en futuras situaciones de estrés hídrico, Catalunya esté mejor preparada.