Nada nuevo. La exministra de Igualdad y candidata de Podemos en las elecciones al Parlamento Europeo, Irene Montero, ha concedido una entrevista a El Diario y ha hablado de unos de los problemas que más preocupa a los ciudadanos: la okupación. Como era lógico, no se ha centrado en los legítimos propietarios que sufren estos actos delictivos, sino en los propios ocupantes que entran sin permiso en casas ajenas y permanecen en ellas hasta que un juez les manda salir.
Irene Montero explica su propia teoría de la conspiración y asegura que el hecho de que existen okupas es porque hay particulares y empresas que deciden hacer negocio con la propiedad. Es decir, la culpa es de los delincuentes que permanecen en casas ajenas sin autorización. La culpa es de los propietarios que deciden invertir en este activo y no en otros productos financieros.
Montero utiliza el ejemplo de la periodista de Telecinco, Ana Rosa Quintana, quien asegura que es propietaria de 44 pisos turísticos. "Ana Rosa Quintana no es una periodista cualquiera, es una de las jefas de una de las principales productoras de televisión de este país. Tiene 44 pisos turísticos. A lo mejor que la gente sepa que Ana Rosa Quintana es propietaria de 44 pisos turísticos y que usa la vivienda para especular y no para vivir", explica la exministra.
"Nos da buena cuenta de por qué en sus programas se habla mucho de los riesgos de la ocupación. Cuando en realidad el problema de la vivienda tiene que ver con que los alquileres son imposibles y que los buitres y los especuladores están acaparando ilícitamente la vivienda", prosigue la candidata al Parlamento Europeo.
Sin ánimo de defender la labor periodística de Ana Rosa Quintana, las palabras de Irene Montero suponen un claro ataque a los propietarios y a sus decisiones. Forman parte del discurso de la izquierda radical de invertir la culpabilidad y convertir las víctimas en verdugos. Los culpables de las okupaciones no son los propietarios, son los propios okupas.
La sociedad pide cambios
Cada vez son más los ciudadanos que piden cambios inmediatos y que cambie la regulación en materia de okupación. Todos los inquilinos que ocupen casas sin el permiso del propietario, deben ser expulsados en un breve plazo que no puede superar las 48 horas si no exhiben un título de propiedad o un contrato de alquiler.