Una mujer hablando en un podio con un gráfico de tendencia ascendente superpuesto sobre un fondo de un salón con asientos rojos y columnas.

SONDEO 08/02: Aliança Catalana crece y se acerca al sorpasso para ser segunda fuerza

CUP y Comuns quedarían fuera del Parlament

Un nuevo sondeo publicado el 8 de febrero por el sociólogo Sergi288 confirma un cambio dramático en el panorama político catalán: Aliança Catalana (AC) continúa su fuerte ascenso y podría convertirse en la segunda fuerza del Parlament.

Este estudio, en línea con encuestas anteriores, refleja cómo AC –el partido liderado por Sílvia Orriols– multiplica sus apoyos a costa de las formaciones tradicionales. De hecho, AC pasaría de los 2 escaños obtenidos en las elecciones catalanas de 2024 a rondar los 20 escaños según la nueva encuesta. Este salto la situaría codo a codo con Junts per Catalunya e incluso disputándole la segunda posición, algo impensable hace apenas unos meses.

La encuesta de Sergi288 muestra que el PSC se mantiene como primera fuerza (en torno a 39-41 escaños, similar a los 42 que obtuvo en 2024), pero la novedad es la escalada de AC, que ya supera ampliamente a partidos como la CUP o los Comuns, e incluso empata o rebasa a ERC en intención de voto.

Una mujer con chaqueta azul de flores habla en un entorno formal mientras sostiene un documento.
Sílvia Orriols, en el Parlament de Catalunya | Parlament

Cabe destacar que Aliança Catalana lleva meses al alza: en diciembre ya subía a 14-16 diputados, en enero alcanzaba 17-19 y ahora rondaría la veintena, consolidando una tendencia que la perfila como actor clave. Este crecimiento exponencial se produce a costa de partidos tradicionalmente procesistas como ERC y la CUP, que continúan perdiendo apoyo. En otras palabras, AC está captando votantes desencantados del procesismo y del establishment catalán, erigiéndose en la voz del descontento.

Otro dato significativo es que las fuerzas identificadas como “woke” o de la izquierda progre pierden fuelle. Según el sondeo, ERC seguiría en caída libre - aunque recupera respecto a anteriores encuestas - Junts retrocede, y Podemos apenas mantiene una presencia testimonial. Esta encuesta refuerza la impresión de que “la izquierda y el procesismo se hunden”, mientras crecen con fuerza opciones contrapuestas como AC y Vox. El resultado dibuja un Parlament cada vez más fragmentado.

Comparativa: del sondeo de enero a la encuesta de febrero

Los datos de febrero confirman y acentúan las tendencias ya vistas en enero. En la encuesta anterior de inicios de enero, AC apuntaba a entre 17 y 19 escaños; ahora podría rondar incluso los 20 o más, acercándose claramente a Junts. Orriols sube un punto en un mes.

Aliança Catalana (AC) – En mayo 2024: 2 escaños. Ene 2025: 17-19 escaños. Feb 2025: ~18-20 escaños estimados. ➜ Crecimiento espectacular, multiplicando por diez su representación según las proyecciones. AC pasaría de ser una fuerza minoritaria a aspirar a liderar el bloque soberanista en votos.

Una persona hablando en un podio con un fondo de mármol, vistiendo un blazer rosa y sosteniendo un documento.
Sílvia Orriols | Parlament

PSC – 2024: 42 escaños (primera fuerza). Ene: 39-41. Feb: ~40-42. ➜ Estancamiento: los socialistas conservarían el primer puesto pero sin mejorar sus registros. Siguen lejos de la mayoría absoluta y no capitalizan el desplome de sus adversarios.

Junts per Catalunya  – 2024: 35 escaños (segunda fuerza). Ene: 22-24. Feb: ~21-23. ➜ Retroceso notable: la principal fuerza catalana tradicional pierde un tercio de sus escaños respecto a 2024. Junts sufre para retener votantes y podría ser alcanzada por AC si la tendencia continúa.

Esquerra Republicana (ER)  – 2024: 20 escaños. Ene: 17-19 (ligero descenso). Feb: ~18-20. ➜ Desplome en picado: algunas encuestas recientes llegaron a situarla en apenas 9-11 diputados. ERC pasaría de ser fuerza de gobierno a quedar relegada a un papel residual en el Parlament.

Vox – 2024: 11 escaños. Ene: 20-22. Feb: ~19-21. ➜ Fuerte auge: el partido derechista españolista dobla su representación y también compite por ser la segunda fuerza. Vox se beneficia del voto de protesta contra la inseguridad y la “islamización”, un mensaje que cala en parte del electorado español residente en Catalunya.

PP – 2024: 15 escaños. Ene: ~9-10 escaños. Feb: ~10-12. ➜ Pérdida de impulso: tras su salto en 2024, el Partido Popular cae por detrás de Vox y AC en las encuestas. Sigue presente pero relegado a quinta o sexta fuerza, sin aprovechar plenamente el desgaste del gobierno catalán.

En Comú Podem / Podemos – 2024: 6 escaños (los comunes). Ene: 3-4 (Comuns) 4-5 (Podemos). Feb: Comuns 0 / Podemos ~3-4. ➜ Descalabro en la izquierda alternativa: la marca de los Comuns se quedaría fuera del Parlament, superada por una candidatura de Podemos autónoma que obtendría unos pocos escaños.

CUP – 2024: 4 escaños. Ene: ~3. Feb: 0. ➜ Irrelevancia creciente: la CUP, antigua referencia de la izquierda independentista radical, casi desaparece. Sondeos recientes le dan apenas 2 escaños o incluso 0 representantes, reflejando que su mensaje no está conectando con el electorado actual.

Una mujer hablando en un escenario con un fondo amarillo que dice
Laia Estrada, de la CUP | CUP

El fenómeno AC: razones de un crecimiento fulgurante

Varios factores ayudan a explicar el ascenso meteórico de Aliança Catalana. Por un lado, existe una creciente desafección hacia las opciones independentistas tradicionales (ERC, Junts y CUP) debido a la parálisis del “Procés” y a la gestión percibida como errática de sus líderes en la última década.

Muchos votantes soberanistas se sienten traicionados o frustrados con el “procesismo” convencional, al que ven acomodado en el poder y alejado de los objetivos originales. AC ha sabido canalizar ese descontento presentándose como una alternativa auténticamente rupturista: promete mano dura con el Estado pero también con la inmigración ilegal y las políticas “woke” promovidas por la izquierda. En palabras de analistas, el auge de AC refleja “un cambio de prioridades en el electorado” independentista, que ahora antepone la identidad y la seguridad a las viejas consignas partidistas.

Otro factor clave es el rechazo a la agenda “woke” y globalista que muchos asocian con partidos como los Comuns, Podemos, PSC, ERC incluso Junts. Temas como la inmigración masiva, la inseguridad ciudadana o ciertas políticas de ingeniería social han provocado inquietud en segmentos de la población. Aliança Catalana ha explotado hábilmente esos asuntos, con un discurso contra la islamización y la inseguridad muy parecido al de Vox, pero adaptado al contexto catalán. Es de los pocos puntos de coincidencia en ambos partidos ya que a nivel nacional son totalmente opuestos.

Un hombre de pie con gafas y traje oscuro, sosteniendo un papel, mientras otro hombre está sentado a su lado con un micrófono en la oreja; al fondo, un guardia con uniforme y una bandera con franjas amarillas y rojas.
Salvador Illa y Pere Aragonès | ACN

Mientras la izquierda tradicional minimizaba estos problemas, AC los ha posicionado en el centro del debate, captando a votantes preocupados que antes podían abstenerse o votar a la derecha españolista. La propia líder de AC, Sílvia Orriols, se ha hecho conocida por denunciar sin tapujos la delincuencia vinculada a ciertas inmigraciones y por oponerse al islamismo radical en municipios catalanes.

Este mensaje directo contra el multiculturalismo mal gestionado y el “buenismo” de las élites progresistas ha calado especialmente en zonas rurales y pequeñas localidades, donde se percibe un abandono por parte del gobierno “metropolitano” de izquierdas. De hecho, ya tras las elecciones, se observó que AC obtenía algunos de sus mejores resultados en comarcas donde el independentismo tradicional había defraudado y las preocupaciones sobre seguridad eran altas.

Una opción cada vez más bien vista

No hay que subestimar tampoco el efecto arrastre. A medida que las encuestas y medios alternativos difunden el crecimiento de AC, más votantes la perciben como una opción viable. Si al principio votar AC podía verse como “tirar el voto” por su escasa representación, ahora que las encuestas la sitúan con hasta veinte escaños, muchos indecisos podrían sumarse a la ola.

La narrativa de que AC es la única oposición real tanto al procesismo pactista de ERC/Junts como al izquierdismo del PSC/Comuns está calando en ámbitos diversos. Desde ex votantes convergentes desencantados, hasta jóvenes conservadores catalanistas, pasando por antiguos abstencionistas hastiados de la corrección política. En pocas palabras, AC ha logrado ocupar el espacio del descontento que quedó libre tras el desgaste de los partidos tradicionales, combinando el discurso soberanista con postulados anti-inmigración y anti-“woke” que hasta ahora nadie había juntado en Cataluña.

Dos hombres hablando en un podio con un fondo azul y un cartel que dice
Jordi Turull y Carles Puigdemont | ACN, XCatalunya

Pactos y escenarios de gobierno: ¿un Parlament ingobernable?

Con este reparto de fuerzas que dibuja la encuesta de Sergi288, la gobernabilidad de Cataluña se complica enormemente. El Parlament resultante estaría tan fragmentado que alcanzar acuerdos de investidura y de gobierno sería un rompecabezas. De entrada, ningún bloque ideológico tradicional sumaría mayoría absoluta (68 escaños):

El bloque independentista - si es que se le puede llamar así - “clásico” (Junts + ERC + CUP) se quedaría muy corto, en torno a 37 diputados según la última proyección. Ni siquiera añadiendo los hipotéticos escaños de AC –que, aunque es un partido independentista, está fuera del mainstream procesista– se llegaría a la cifra mágica. Junts, ERC y CUP han perdido la mayoría que ostentaron en la legislatura anterior; ni con el apoyo externo de AC podrían gobernar, y eso asumiendo que AC quisiera apoyar a quienes le desprecian.

El bloque de izquierdas, el famoso Tripartit,  (PSC + ERC + Comuns/Podemos) también fracasaría en el intento. El hundimiento de ERC y Comuns hace que un tripartito de izquierdas esté matemáticamente descartado. Aunque el PSC ganara, “un frente progresista tampoco sumaría” dadas las cifras exiguas de sus potenciales socios. Salvador Illa no podría ser president nuevamente con la fórmula de la moción de censura (PSC-ERC-Comuns), ya que entre ERC en caída libre y Comuns fuera del Parlament, sencillamente no alcanzan los diputados necesarios.

Un hombre de traje y gafas habla gesticulando en un podio con micrófonos y cortinas rojas de fondo.
Salvador Illa | ACN

El bloque constitucionalista (PSC + PP + Vox) sí que conseguiría sumar pero difícilmente llegaran a acuerdos ya que rompería el discurso de Pedro Sánchez de "lucha contra la extrema derecha".

La sociovergencia tampoco sumaría. Otra posibilidad es un gobierno en minoría del PSC en solitario, con abstenciones puntuales de distintos grupos para la investidura.  Por ejemplo, Illa podría intentar ser investido con la abstención de ERC y de Junts (cada uno por sus motivos, para evitar una repetición electoral que beneficiaría a AC y Vox). No sería la primera vez que los procesistas apoyan al PSOE a cambio de nada.

Panorama político: un nuevo ciclo en Cataluña

Los datos de esta última encuesta sugieren que Cataluña ha entrado en un nuevo ciclo político, marcado por la irrupción de AC y el declive de la antigua hegemonía “procesista” y progresista. La foto fija que nos deja el sondeo es la de una sociedad catalana polarizada y harta del statu quo de la última década. La caída simultánea de ERC, Junts, Comuns, PSC - el único que aguanta relativamente bien - y CUP –los partidos que habían dominado el panorama catalán– indica que una parte importante del electorado busca alternativas fuera del marco tradicional, ya sea en clave catalanista identitaria (AC) o españolista derechista (Vox).

Aliança Catalana, en particular, sale muy reforzada. Su crecimiento constante la está llevando de la periferia al centro del debate político. Pasa de 2 a potencialmente 20 escaños en menos de un año, poniendo nerviosos a todos los partidos tradicionales.  No solo amenaza con sorpassar a ERC, sino que pone en aprietos a Junts como representante del voto independentista “auténtico”. Incluso Vox ve en AC a un competidor en el segmento anti-inmigración (aunque con matices nacionalistas catalanes). Con este panorama, es muy posible que en la próxima campaña electoral todos los focos giren en torno a AC: unos la demonizarán como 'extrema derecha catalana', otros la presentarán como la voz del pueblo silenciado.

Montage donde sale Jéssica Albiach en una rueda de prensa en el Parlament de Catalunya con una flecha roja hacía abajo arriba a la derecha
Jéssica Albiach se iría al paro | Jessica Albiach, XCatalunya

En cualquier caso, AC marcará la agenda –obligando a hablar de seguridad, de inmigración, de identidad cultural catalana– temas en los que hasta ahora solo Vox incidía, pero desde una óptica españolista. Ahora, con AC, esas cuestiones se abordan también desde el catalanismo, lo que incomoda sobremanera a ERC y Junts. Como resultado, podríamos ver a partidos como Junts endureciendo su discurso contra la inmigración descontrolada o contra la delincuencia, en un intento de no quedarse atrás. La propia dinámica política se derechiza: el PSC tendrá difícil evitar endurecer su postura en temas de orden público si no quiere perder más voto obrero hacia Vox o AC.

El desempeño negativo de los partidos “woke” en estas encuestas también lanza un mensaje claro: muchas políticas identitarias y experimentos sociales de los últimos años no han convencido al electorado, más bien al contrario. La ciudadanía parece pasar factura a la gestión de la izquierda en asuntos como la inseguridad, la vivienda, la inmigración y la crisis económica. Catalunya ha visto episodios de okupaciones, delincuencia y otros conflictos que, sin duda alguna, marcarán la agenda.