La repentina muerte del papa Francisco - estaba mal pero parecía que se iba recuperando - ha sacudido al mundo católico y ha generado una oleada de reacciones en todo el planeta. En España, el Gobierno de Pedro Sánchez no ha tardado en pronunciarse, destacando aspectos del pontífice que coinciden con su propia agenda política.
Este enfoque ha suscitado críticas por parte de quienes consideran que se está instrumentalizando el legado del papa para promover una visión ideológica concreta. Por otra parte, la comunión de intereses entre el Papa y el Gobierno español - que también han coincidido contra la independencia de Catalunya - demuestra una vez el lado woke de ambas partes.
El fallecimiento del papa Francisco y la respuesta del Gobierno español
El papa Francisco falleció el lunes 21 de abril de 2025 a los 88 años en su residencia de la Casa Santa Marta, debido a complicaciones derivadas de una neumonía bilateral. Su última aparición pública fue el día anterior, durante la bendición Urbi et Orbi en la plaza de San Pedro, donde, visiblemente debilitado, apenas pudo hablar.

Tras conocerse la noticia, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, expresó su pesar en la red social X, destacando "su compromiso con la paz, la justicia social y los más vulnerables". Otros miembros del Ejecutivo también se pronunciaron en términos similares.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, lo describió como "un hombre de paz y de diálogo entre culturas y religiones", mientras que la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, afirmó que la historia lo recordará como "un hombre bueno, justo, que siempre estuvo al lado de los más débiles y necesitados".
Críticas por la apropiación del legado del pontífice
Estas declaraciones han generado controversia entre sectores que consideran que el Gobierno está utilizando la figura del papa Francisco para reforzar su propia narrativa política. Algunos analistas señalan que, al enfatizar aspectos como la justicia social y la defensa de los vulnerables, el Ejecutivo está alineando el legado del pontífice con su agenda progresista y woke.

Esta situación recuerda a otras ocasiones en las que el Gobierno ha sido acusado de instrumentalizar eventos históricos o figuras relevantes para promover su visión política. Por ejemplo, las celebraciones previstas para conmemorar el 50 aniversario de la muerte de Francisco Franco han sido objeto de debate, con críticas que apuntan a un uso político de la memoria histórica.
Reacciones de la oposición y la sociedad civil
Desde la oposición, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, lamentó el fallecimiento del papa Francisco y destacó que "ha servido al mundo y a la Iglesia desde sus convicciones y pensamiento hasta el último instante". Esta declaración, más centrada en la figura del pontífice que en su legado ideológico, contrasta con el enfoque del Gobierno.