El programa Alguna Pregunta Més? (APM) de TV3 es un referente del humor en Catalunya. Desde su estreno en 2004, ha sabido captar momentos memorables de la televisión y convertirlos en pequeñas joyas humorísticas que forman parte del imaginario colectivo. Este programa utiliza fragmentos de entrevistas, reportajes y otras situaciones televisivas para crear sketches llenos de ironía y sarcasmo.
El éxito del APM radica en cómo transforma escenas cotidianas en fenómenos virales. Cada semana, los telespectadores disfrutan de una mezcla de actualidad y momentos históricos de la pequeña pantalla. Algunas frases rescatadas por el programa han alcanzado una notoriedad impensable, repitiéndose hasta convertirse en auténticos emblemas de la cultura popular catalana.
Entre estas frases míticas, hay algunas que nunca pasan de moda. Una de ellas es el famoso: "¡Un resplandor y hace ¡Pum! Ya está aquí la guerra!", pronunciada por Antonia, una vecina de Begíjar, durante una entrevista en 2019. Esta frase se ha consolidado como uno de los momentos más recordados del programa.
Una despedida para el recuerdo
Antonia, la mujer que popularizó la frase, falleció a los 81 años, dejando un legado que trasciende las redes sociales. Vecina del municipio jienense de Begíjar, su momento viral nació de una entrevista en Canal Sur Noticias.
En el contexto de una tormenta eléctrica que dejó a la localidad sin internet. Antonia describió el impacto de un rayo con palabras que, por su espontaneidad y humor, conquistaron a toda España.
La frase resonó rápidamente, y el fragmento se convirtió en un fenómeno viral. Años después, el APM la rescató, dándole una segunda vida y transformándola en un referente del humor televisivo. La naturalidad de Antonia y su carisma lograron que miles de personas la recordaran con cariño.
Más que una viralidad
A pesar de su fama mediática, Antonia fue mucho más que una protagonista ocasional de las redes. Según sus vecinos, era una persona entrañable, siempre dispuesta a ayudar y con un humor que iluminaba a quienes la rodeaban. El alcalde de Begíjar, Diego Soriano, la describió como "muy querida y cercana", destacando cómo su humanidad iba más allá de la pantalla.
Su fallecimiento el pasado 10 de enero ha dejado una gran tristeza en la localidad. Durante el funeral, celebrado en la iglesia de Santiago Apóstol, familiares y amigos se despidieron de ella, recordando los buenos momentos compartidos.
Antonia nos enseñó que las palabras más simples, dichas con autenticidad, pueden convertirse en iconos culturales. Su espontaneidad captó la esencia del humor y nos dejó una lección: la capacidad de reírnos de lo cotidiano es un don único.
Hoy, mientras el APM y las redes recuerdan su legado, muchos reflexionan sobre cómo una simple frase puede iluminar tantas vidas. Antonia será recordada no solo por su célebre expresión, sino también por el corazón y el alma que transmitió en cada palabra.