Durante las últimas semanas, Catalunya se ha visto envuelta en un inestable vaivén meteorológico. Lluvias intensas, otras de menor alcance y tardes frías se han combinado con momentos de calor propios de agosto. El otoño en su estilo más puro.
Para la tarde de este miércoles, las intensas precipitaciones volverán a ser protagonistas en gran parte de la geografía catalana, amenazando a muchas de las comarcas; sobre todo, al este. Lluvias que, según alertan las previsiones, se alargarán hasta bien entrada la madrugada del jueves. No obstante, a partir del cuarto día de la semana, volverán a haber cambios.
Y es que Meteocat ha anunciado a través de sus redes sociales y canales oficiales que las precipitaciones se despedirán, al menos de momento, a partir de la mañana del jueves. El viernes será un día seco de transición y a partir del fin de semana volverá a instalarse una estabilidad términa y meteorológica que incluso se extrañaba en Catalunya. Las temperaturas podrían incluso rondar los 20 grados centígrados.
Inestabilidad típica de otoño
El otoño en Catalunya trae consigo un cambio notable en las condiciones climáticas, marcando la transición entre el calor del verano y el frío del invierno. A medida que avanzan los meses de septiembre a diciembre, las temperaturas comienzan a descender gradualmente, con máximas que rondan los 20°C en septiembre y bajan a entre 12°C y 15°C hacia noviembre. Las mínimas, por su parte, oscilan entre los 10°C y los 5°C en las zonas más llanas, aunque en áreas de montaña como los Pirineos, las temperaturas suelen ser aún más frías.
El otoño también se caracteriza por ser una estación húmeda. Las lluvias aumentan en comparación con el verano, especialmente durante los meses de octubre y noviembre, que suelen ser los más lluviosos del año en muchas partes de Catalunya. Las tormentas, a veces acompañadas de fuertes vientos, son comunes, y en ocasiones pueden ser intensas, aunque breves. El clima en la costa mediterránea es más suave, con lluvias moderadas, mientras que en el interior y las zonas montañosas la precipitación es más frecuente y abundante.
Además, en las zonas altas, como los Pirineos, las primeras nevadas suelen aparecer hacia finales de otoño, dando inicio a la temporada de deportes de invierno. Este cambio en el clima afecta tanto a los paisajes, que adquieren los tonos dorados y rojizos típicos del otoño, como a la forma en que los catalanes disfrutan de la naturaleza, con actividades como senderismo o paseos por el campo. El clima otoñal en Catalunya es, en resumen, una mezcla de temperaturas moderadas, lluvias y, en las zonas altas, las primeras señales del invierno.