Las medusas son organismos marinos conocidos por sus cuerpos gelatinosos y tentáculos urticantes. Su estructura corporal es bastante simple, carecen de sistema nervioso central, corazón y huesos. En su lugar, tienen una red difusa de nervios, conocida como plexo nervioso, que les permite responder a estímulos ambientales. Las medusas utilizan sus tentáculos para capturar presas, principalmente pequeños peces y plancton.
Estos tentáculos liberan toxinas para inmovilizar a sus presas. Dichas toxinas son temidas entre la mayoría de la población, que siempre va con ojo a dónde pisa cuando visita la playa. Las medusas juegan un papel importante en los ecosistemas marinos, tanto como depredadoras como presas. Sin embargo, en las últimas décadas, algunas especies han experimentado aumentos significativos en sus poblaciones, un fenómeno conocido como "floraciones de medusas".
Las actividades humanas están influyendo en sus poblaciones y en los ecosistemas marinos en general. Es por eso que cada vez las vemos más en las costas de las playas más concurridas. Estos animales últimamente se dejan ver mucho por Cataluña, donde se congregan en enjambres y pueden causar graves heridas en aquellas personas que entren en contacto con sus tentáculos.
Entre los meses de mayo y septiembre es cuando más aparecen en la costa catalana, ya que las temperaturas del agua litoral aumentan considerablemente. Además, las corrientes y vientos mediterráneos arrastran a la playa masas de agua oceánica que traen consigo un sinfín de medusas. A día de hoy, te puedes encontrar hasta 5 tipos de medusas en tus días de vacaciones en la costa catalana, por eso hay que ir con cuidado.
Las variantes de medusa
Una de las especies más vistas en las playas es a la vez una de las más inofensivas para los humanos. Se trata de la Velella, una de las medusas más pequeñas que hay, que pueden llegar a medir tan solo un centímetro de diámetro. Se pueden identificar por su disco redondo u ovalado, con un color azul marino estampado. A esta especie también se la conoce como "barquita de Sant Pere".
Por otro lado, la Pelagia noctiluca es seguramente la especie que más veces vamos a encontrarnos en nuestros días de vacaciones. Como hemos dicho anteriormente, puede llegar a la costa en grandes grupos, y esta variante sí que supone una alta peligrosidad. El efecto de sus toxinas pueden provocar problemas respiratorios o cardiovasculares, a la vez su simple contacto con nuestra piel puede irritarla y escocerla.
Por suerte, no todas suponen graves problemas, la borne azul es bastante frecuente en la costa, aunque su veneno es muy leve. Si llega a picarte sentirás un picor bastante intenso, aunque tu piel no se verá afectada de la misma manera que con otras especies. Para identificarlas tienes que saber que son de color blanco azulado, con una característica cerca de color lila.
Otra de las más concurridas en la costa catalana es la bautizada como medusa huevo frito. Esta recibe este apodo por su forma allanada con una protuberancia de color naranja que nos recuerda a la yema. Sin embargo, también entra en el índice de peligrosidad baja, y su picadura tiene efectos mínimos en nuestra salud.
Finalmente, la borne seguramente sea la especie menos peligrosa de todas las mencionadas anteriormente. Se caracteriza por ser transparente y tener manchas azules. Bajo el nombre científico de "Aurelia aurita", esta medusa tiene varios tentáculos largos, y una sombrilla con forma de plato que puede llegar a medir 25 centímetros.