Tras un fin de semana atípico en pleno verano, marcado por la llegada de lluvias que permitieron subir ligeramente la capacidad de la mayoría de los embalses de la cuenca interna catalana, la jornada de hoy, lunes 28 de julio, ha devuelto al sistema hídrico catalán a su comportamiento más convencional. La capacidad total de los embalses se sitúa en el 77,52%, lo que supone un descenso de tan solo 0,06 puntos porcentuales respecto a la cifra de ayer.
Este dato marca el final de la racha positiva de los tres días anteriores, durante los cuales el agua embalsada había experimentado un aumento gracias a las precipitaciones caídas en gran parte del territorio. El descenso es mínimo, pero suficiente para recordar que, pese a los respiros puntuales que ofrece la meteorología, el verano sigue siendo sinónimo de presión sobre el sistema hídrico.
La combinación de altas temperaturas, elevada evaporación y el incremento del consumo agrícola y doméstico hacen que el balance global tienda de nuevo a la baja, recuperando la pauta que ha sido la norma en los últimos años. Esta estabilidad en el descenso, eso sí, se produce en un contexto muy distinto al del verano pasado, con unos niveles de reserva muy superiores y una gestión mucho más anticipada de los episodios extremos.

Sigue sobrando agua en el Foix
Analizando la evolución embalse por embalse, se aprecia un comportamiento homogéneo en la mayoría de pantanos. La Baells mantiene su posición de liderazgo y estabilidad, situándose en el 90,32%, mientras que Sant Ponç resiste en el 88,28%, confirmando su papel como uno de los grandes "colchones" hídricos de la cuenca interna.
Foix protagoniza uno de los datos más curiosos del día, pues tras la maniobra de vaciado y el rápido llenado producido por las lluvias, se mantiene ligeramente por encima del 100% (100,48%). Este embalse, pequeño en capacidad pero clave por su impacto mediático, ha evidenciado en las últimas semanas la importancia de anticipar y gestionar bien tanto los episodios de sequía como los de crecida.
Por otro lado, embalses como Sau (64,48%), La Llosa del Cavall (84,01%) y Susqueda (83,32%) bajan levemente, pero se mantienen en cifras muy positivas para un final de julio. Darnius Boadella (68,05%) sigue en la misma línea, mientras que las subidas puntuales del fin de semana han dejado paso a una nueva fase de estancamiento o descenso suave. Este panorama refuerza la idea de que, aunque la recuperación tras las lluvias ha sido bienvenida, el sistema hídrico catalán continúa regulándose bajo la lógica estacional propia del Mediterráneo.
La nota negativa la ponen, una vez más, Siurana y Riudecanyes. Ambos embalses, situados en las zonas más vulnerables del Priorat y el Baix Camp, han seguido perdiendo volumen pese a las precipitaciones recientes. Siurana baja hasta el 24,44% y Riudecanyes a un preocupante 40,72%. Su comportamiento sigue marcando la diferencia respecto al resto de la red y subraya la urgencia de mantener la atención y la planificación de medidas de apoyo específicas para el regadío y el suministro local en estas zonas.