El episodio de lluvias intensas que marcó el fin de semana en Catalunya ya es historia y el sistema de embalses ha entrado de nuevo en la lógica del verano: el descenso suave pero persistente de las reservas. Los datos publicados hoy, jueves 17 de julio, reflejan claramente este cambio de ciclo. O sea, la vuelta a la normalidad.
La capacidad media de las cuencas internas catalanas baja al 78,11%, encadenando dos jornadas de pérdidas tras la racha de subidas y estabilidad que trajo la DANA y los chubascos de días atrás. La situación confirma que, una vez superado el impacto positivo de la meteorología, el sistema vuelve a depender principalmente de la evaporación, el calor y la fuerte demanda estival.
Sin embargo, en este contexto de vuelta a la normalidad veraniega, hay una excepción que merece ser subrayada: el embalse de Sau. Mientras la mayoría de embalses han iniciado ya el descenso propio de estas fechas, Sau encadena varios días consecutivos de subida y, solo en las últimas 72 horas, ha pasado del 62,96% al 63,89%, consolidando una recuperación que no se veía desde el arranque de la primavera.

Este comportamiento convierte a Sau en el pantano con la mejor evolución de todo el sistema catalán en pleno mes de julio, situándose en niveles muy superiores a los que acostumbraba en los últimos veranos y, sobre todo, muy lejos de los mínimos alarmantes de hace apenas un año.
Terminó el espejismo
El resto del sistema, en cambio, refleja la vuelta a la realidad post-lluvias. Foix ajusta el espectacular llenado provocado por la DANA y desciende desde el pico del 103,8% a un todavía altísimo 100,75%, mostrando que la gestión de emergencias y el control de caudales han funcionado bien, aunque la bajada acumulada supera los tres puntos. Susqueda, tras varias semanas de estabilidad, baja con fuerza hasta el 85,49%, perdiendo más de un punto en apenas dos días, pero estando todavía en cifras muy loables.
Riudecanyes mantiene su dinámica negativa y se queda en el 46,89%, volviendo a cifras preocupantes para el verano. Darnius Boadella, Sant Ponç y La Baells se mantienen estables, con ligeros ajustes propios del final del episodio lluvioso, mientras que La Llosa del Cavall suma una subida testimonial.
La foto de hoy es, pues, la de un sistema que ha sabido aprovechar el regalo de las lluvias pero que vuelve ya a la batalla diaria con el calor y el consumo. La excepción positiva de Sau demuestra que la gestión eficiente y la meteorología pueden, puntualmente, cambiar las reglas de un verano que, históricamente, siempre pone a prueba la resiliencia hídrica de Catalunya.
Con la previsión de semanas secas por delante y el consumo agrícola y urbano en máximos, el reto vuelve a ser el de cada año: gestionar con inteligencia y responsabilidad un recurso que, aunque hoy en niveles elevados, puede cambiar de tendencia en cuestión de días. Por ahora, Sau da la nota optimista en un contexto en el que la realidad, una vez más, se impone a la euforia pasajera de la lluvia.