La gestión hídrica en Catalunya vuelve a dar motivos para el optimismo en la antesala de un fin de semana marcado por la previsión de temperaturas elevadas. Tras meses de vigilancia y recuperación, los embalses catalanes—tanto los de la cuenca interna como los de la Confederación Hidrográfica del Ebro—mantienen una posición de fortaleza inédita en los últimos años. Un vistazo a la evolución diaria y semanal revela la resiliencia del sistema catalán y anticipa un verano mucho menos tenso de lo que vaticinaban los peores escenarios.
Evolución de las reservas: cifras que consolidan el cambio
El dato clave de hoy, 13 de junio, es el 81,56% de llenado en las cuencas internas catalanas. Si observamos el recorrido reciente, la evolución resulta paradigmática: en un solo día, el descenso es mínimo (-0,05%), en siete días el saldo es prácticamente neutro (+0,02%), y si ampliamos el foco a 30 días, las reservas han aumentado casi un 5%. El salto es espectacular en periodos largos: +38,65% en 90 días y un asombroso +47,57% en medio año, reflejando la capacidad de recuperación de la red tras los peores meses de sequía.
Este comportamiento sitúa a Catalunya como referencia en la gestión hídrica a nivel estatal, demostrando que incluso ante episodios de calor intenso, el sistema puede aguantar e incluso mejorar en contexto de lluvias y buena planificación. El porcentaje de llenado sigue muy por encima de los valores medios de los últimos cinco y diez años, alejando cualquier escenario de emergencia.

Situación embalse por embalse: estabilidad en la cuenca interna
El balance embalse a embalse confirma la robustez general. Destacan especialmente La Baells (96,82%), Susqueda (89,48%) y Sant Ponç (90,84%), todos por encima del umbral del 90% o muy cerca, ofreciendo garantías tanto para el abastecimiento humano como para la demanda agrícola. Sau, pese a haber perdido algo de capacidad respecto a semanas anteriores, mantiene un digno 66,58%, muy por encima de los niveles críticos vividos en 2023.
Por el contrario, embalses como Siurana (25,94%) y, en menor medida, Riudecanyes (60,83%) continúan en cifras modestas, un recordatorio de que no toda la red disfruta del mismo comportamiento y de la importancia de adaptar la gestión a cada microcuenca. El resto, como Darnius Boadella (75,61%), La Llosa del Cavall (79,76%) y Foix (89,70%), consolidan la tendencia de estabilidad y recuperación, asegurando un colchón hídrico suficiente para los próximos meses.
La cuenca del Ebro: una batería de embalses en máximos
Los embalses catalanes de la cuenca del Ebro presentan también datos sobresalientes. El sistema en su conjunto se sitúa en el 91,92% de capacidad, con registros verdaderamente espectaculares: Cavallers (99,43%), Talarn (99,32%), Terradets (97,59%), Rialb (98,77%), Riba-roja d’Ebre (95,26%) y Oliana (93,79%) encabezan la lista de embalses que siguen prácticamente llenos, aportando seguridad no solo a Catalunya, sino también a la gestión global de la cuenca del Ebro.
Especial mención merece Cavallers, que repite como el embalse con mayor porcentaje de llenado, rozando el 100% y certificando el éxito del deshielo y las lluvias en las zonas de alta montaña. Este embalse, además de ser esencial para el equilibrio ecológico y la producción hidroeléctrica, es símbolo de la buena salud de los sistemas de cabecera del Ebro en Catalunya.
En el extremo opuesto se sitúa de nuevo Guiamets (19,05%), cuya capacidad depende mucho de la pluviometría local y el uso agrícola intensivo, y que continúa siendo el punto más débil del sistema catalán del Ebro.