El pasado 13 de marzo, el presidente de la Generalitat, anunció la disolución del Parlament y la convocatoria de elecciones autonómicas para el próximo domingo 12 de mayo. Pere Aragonés, que no había terminado la legislatura y tampoco se había sometido a una cuestión de confianza tal y como prometió, usa de este modo la facultad que le otorga el Estatut de decidir la fecha de los comicios según sus intereses (o según el interés general, esto ya depende de si se dice en público o en privado).
Lo cierto es que las elecciones se convocan después del intento fallido de aprobar los presupuestos. La pinza entre los autonomistas y la franquicia socialista en Catalunya no fue suficiente y el resto de partidos se opuso. La negativa de Junts, que vio en este pacto intereses estatales (españoles) en este pacto y de los Comuns, que intentaron incluir la entrada de Ada Colau en el gobierno municipal de Barcelona, fue clave para que las cuentas no salieran adelante. La negativa de CUP, que siempre quiere más color verde, del PP, de Ciudadanos y de VOX, tampoco sorprendió.
Con la nueva fecha sobre la mesa se abre un nuevo escenario que puede cambiar el tablero de juego. La mayoría de encuestas pronostican la irrupción de nuevos partidos políticos, que actualmente ya ostentan representación en algunos ayuntamientos del país y que pasarían a tener representación nacional. Es el caso de Aliança Catalana, representada por la actual alcaldesa de Ripoll, Silvia Orriols, que podría conseguir entre cero y tres escaños.
Las mismas encuestas valoran la posibilidad de que procesismo no rebase el umbral de 67 diputados y, por tanto, no consiga la mayoría absoluta. La suma de Junts, ERC y CUP no conseguiría, por tanto, 68 o más butacas, de modo que sería necesaria la abstención de PSC o Comuns o formar un tripartito formado entre Salvador Illa, Pere Aragonès y Jessica Albiach, rememorando el tripartito de infame recuerdo formado por José Montilla, Carod Rovira y Joan Saura.
Entrada de Sílvia Orriols
El viceconseller de Estrategia y Comunicación del Govern y mano derecha de Pere Aragonès, Sergi Sabrià, en declaraciones a la agencia EFE ha valorado la entrada al Parlament de Sílvia Orriols, a la que compara con VOX, la define como "extrema derecha" y se esfuerza en transmitir los supuestos peligros de su llegada. Preguntado por el periodista si aceptarían su apoyo, Sabrià ha dejado claro que "no lo aceptaríamos en ningún caso". "Con el fascismo nosotros no jugamos", ha añadido.
Las palabras no han pasado desapercibidas por la misma Orriols, que no ha dudado en contestarlo de manera contundente, poniéndolo en su sitio por su superioridad moral. "Que el partido que ha normalizado el velo islámico dentro de nuestras instituciones y que ha tendido la mano al imperialismo español a cambio de cuadro duros, me rechace, es un honor".
En otro tweet, la actual alcaldesa de Ripoll, ha seguido defendiéndose de los ataques de ERC y ha asegurado que, en una hipotética investidura, sus votos no servirían aunque los procesistas quisieran, pues Aliança Catalana nunca apoyaría un régimen islamoizquierdista y autonomista.
Otras formaciones que pretenden entrar al Parlament
Jordi Graupera y Clara Ponsatí han creado Alhora, un partido con el que pretenden entrar en la política catalana para implementar su 'verdadero' proyecto independentista. La ex consejera de educación y el filósofo han conseguido los avales en las cuatro demarcaciones catalanes y se podrán presentar a los comicios. Alhora critica las políticas del President Carles Puigdemont y advierte a los catalanes y que si lo votan, volverán a ser engañados.