Junts per Catalunya ha cambiado su discurso sobre inmigración y ha pedido a Pedro Sánchez que ceda las competencias en esta materia si quiere que los procesistas sigan sosteniendo la investidura. No hace falta ser un experto en político para entender que este cambio tiene una explicación. Tiene nombres y apellidos: Aliança Catalana. O Sílvia Orriols y Rosa Maria Soberana.
El partido de Carles Puigdemont sabe que muchos de sus votantes cambiarán su papeleta y apostarán por Orriols. Están cansados de procesismo, de mentiras y de jugadas maestras. Se sienten engañados por quienes no fueron capaces de culminar la independencia y ven en la batllessa de Ripoll la candidata perfecta para conseguir la restitución del Estado catalán.
Está claro, por tanto, que Junts per Catalunya y Aliança Catalana son dos partidos bisagra en muchos aspectos que preocupan a los ciudadanos. Para los juntaires ha sido fácil cambiar su discurso sobre la inmigración. De momento, no afirman abiertamente que supone un problema, pero, al menos, aceptan el debate.
Partido Popular de Barcelona
Lo mismo ocurre con el Partido Popular del Ayuntamiento de Barcelona. Su concejal, Daniel Sirera, ha comprado el discurso de Aliança Catalana y ha asegurado que llevará una moción al pleno para modificar las ordenanzas municipales en materia de civismo.
Sirera quiere prohibir el uso del burca y el hijab en espacios públicos como escuelas y centros de salud. Argumentan, igual que las dos diputadas, que es una cuestión de "respeto hacia la mujer" y que se debe hacer por "dignidad". Pensando en verano, también quiere prohibir el burquini en las piscinas municipales, por razones de "salud y de higiene".
En cuanto a la seguridad y delincuencia, Sirera también ha pedido más efectivos policiales, tanto de Guardia Urbana como de Mossos de Esquadra, para controlar las zonas más conflictivas y combatir la multireincidencia criminal.
Aliança Catalana llegó al Parlament para quedarse
En las elecciones de Catalunya celebradas el 12 de mayo de 2024, Aliança Catalana obtuvo 118.302 votos, lo que representa el 3,78% del total. Este resultado le permitió conseguir dos escaños en el Parlamento, uno por la circunscripción de Girona y otro por Lleida. La formación se quedó muy cerca de conseguir entrar en la demarcación de Barcelona, donde hubiera sumado tres diputados de golpe.
La entrada de este partido ha generado preocupación entre otros partidos políticos hegemónicos y que representan el status quo, especialmente debido a su rápido crecimiento, propiciado por un discurso que plantea soluciones a los verdaderos problemas de la ciudadanía.