Conducir bajo los efectos del alcohol y las drogas es una de las acciones más irresponsables y peligrosas que se pueden cometer. Estas sustancias alteran gravemente la capacidad de reacción, la percepción y el control sobre el vehículo, incrementando exponencialmente el riesgo de sufrir o provocar un accidente. Cada año, cientos de personas pierden la vida o resultan gravemente heridas por esta conducta. A pesar de las campañas de concienciación y los controles de tráfico, algunos conductores siguen haciendo caso omiso de las advertencias, poniendo en peligro sus vidas y las de los demás.
Un incidente ocurrido en Calafell, Tarragona, da buena cuenta a la perfección los riesgos de este comportamiento. En la madrugada del sábado, un hombre que conducía bajo los efectos del alcohol y las drogas, sufrió un accidente dramático al caer con su coche por un terraplén de siete metros de altura. El vehículo, tras perder el control, terminó volcado en un paso subterráneo. Pese a todo, el conductor consiguió huir. El impacto fue tan fuerte que el coche quedó completamente destrozado, convirtiendo la escena en una imagen impactante.
Según testigos y fuentes oficiales, el conductor circulaba a una velocidad inadecuada para las condiciones de la carretera. Tras perder el control del vehículo, este atravesó la barandilla de protección que delimitaba el terraplén, cayendo desde una altura considerable hasta el paso subterráneo situado debajo. A pesar de la gravedad del accidente y las condiciones en las que se encontraba el conductor, logró sobrevivir al impacto, aunque sufrió múltiples heridas.
El periplo antes de colisionar y caer por el terraplén
Los servicios de emergencia acudieron rápidamente al lugar del accidente tras recibir varias llamadas alertando del suceso. El Audi A3 había pasado por un parque infantil - que por las horas se encontraba vacío - antes de chocar contra una valla, salir disparado y caer por el terraplén de siete metros. La policía logró encontrarlo no muy lejos del lugar de los hechos, donde se le realizaron diversas pruebas que confirmaron que había estado conduciendo bajo los efectos de alcohol y drogas.
Este accidente pone en evidencia una vez más los peligros de mezclar conducción con sustancias psicoactivas. Afortunadamente, en este caso no hubo víctimas mortales, pero el riesgo para el propio conductor y para otros usuarios de la vía fue extremo. Las autoridades recuerdan que la conducción en estado de embriaguez o bajo los efectos de estupefacientes no solo es una infracción grave, sino que también puede ser un acto criminal en caso de provocar accidentes con víctimas.