Su abuelo no fue a Cuba, ni murió en la cubierta de ningún barco de guerra. Su abuelo era un humilde campesino de Gombrèn con barretina, una barretina que Sílvia Orriols conserva como un tesoro y que usa como amuleto en los momentos trascendentales.
La llevaba en 2017 cuando entró por primera vez como concejala al consistorio de Ripoll. También la llevaba –y se la puso– cuando en junio pasado fue investida como alcaldesa. Y ahora, como era previsible, la barretina del abuelo ha irrumpido en la sesión constitutiva del Parlamento, convirtiéndose en la protagonista icónica de su ideario político.
El antigor de esta prenda se remonta en la época griega, cuando los soldados llevaban el sombrero pili bajo el casco. Para los romanos, el sombrero frigio simbolizaba la emancipación de los esclavos ("libertos").
A lo largo de la historia ha representado la reivindicación de las clases populares hacia la opresión de las clases dominantes. En la guerra de independencia americana, los sombreros frigios pasaron a denominarse "Liberty Jefes", cogiendo la herencia simbólica de los republicanos romanos que lucharon para recuperar su soberanía. El año 1775 la barretina aparece incorporada a los escudos de la Armada y del Senado de los EE. UU.. En la actualidad muchos escudos de países americanos contienen la barretina (Cuba, Haití, Nicaragua, Argentina, El Salvador).
Al conocido cuadro de Delacroix "La libertad guiando en el pueblo" (1830) podemos observar que la figura principal – Marianne – símbolo de la Revolución Francesa, lleva en el jefe una barretina! Los santos-culotte exhibían con orgullo lo "Bonnet Rouge", que para ellos era uno salvo de identidad lleno del contenido revolucionario.
Joan Amades detalla el área geográfica en la cual era habitual llevar barretina en la edad media: dentro de la Nació Catalana, Andorra, Baleares, Córcega, Malta, Nápoles, Cerdeña, Sicilia, València, Dalmacia, Istria, Génova, Marsella y Niza, incluso a Lisboa. Pero nunca a Castilla! era costumbre, especialmente entre los marineros y pescadores, también entre los campesinos y aun los bandoleros. Los sublevados en la Guerra dels Segadors iban todos con barretina. La Revuelta de los Barretines (1687-1689) fue una revuelta campesina contra los abusos de las tropas del rey Carlos II que tuvo una especial intensidad en Osona, en el Bages y en el Vallès Oriental.
Dicen que Cristóbal Colón llevaba barretina cuando descubrió América... Ya más tarde se la pusieron Picasso, Dalí, Messi... y ahora Orriols de Ripoll.
Poca broma, pues, con la poderosa carga histórica de la barretina. Nunca una pieza de lana había contenido tanta semántica iconográfica. La barretina se ha utilizado siempre como símbolo de catalanidad y de lucha por la libertad.
Los dos "votos nulos" de hoy han sido los de Alianza Catalana. Ramon Abad y Sílvia Orriols han escrito a la papeleta "ESTAT CATALÀ". Más claro el agua, por si algunos tenían ninguna duda. El nacionalismo vuelve a estar en el Parlamento. Que se preparen los botiflers y los colaboracionistas. Nacionalismo de piedra picada y con la barretina puesta. Vía fuera los dormidos!
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