El processisme catalán lleva décadas buscando la forma de encajar dentro de España. Y lo más importante para conseguirlo es el sistema de financiación. Hemos tenido propuestas de todo tipo: desde el concierto económico solidario, que nace del Estatuto de 2004 (recortadísimo en el Congreso, por cierto), el concierto económico y, hasta hace poco, el famoso pacto fiscal del expresidente de Catalunya Artur Mas, que ya se hablaba desde el pujolismo. Pero ahora sumamos una nueva variante: la financiación singular.
Intentos de encajar en la España autonómica
Sea como fuere, Catalunya ha intentado, por activa y por pasiva, encontrar un encaje relacional con el Estado español en materia económica. Pero, siempre, sin éxito. Mientras el resto del Estado, nos tildan de egositas e insolidarios, las cifras muestran todo el contrario. Catalunta es la tercera comunidad autónoma en aportar y la decimocuarta al recibir. De hecho, incluso el mismo Sr. Salvador Illa (PSC), que está haciendo todas las maniobras posibles para asumir la Presidencia de Catalunya, reconoce que hace falta una financiación más justa para Catalunya.
Unas palabras que, por supuesto, también llegan a la Moncloa. Pedro Sánchez necesita como el aire que respira un Gobierno socialista en la Generalitat de Catalunya. Con muchos fuegos quemando en Madrid que ponen en entredicho su gestión, apagar el que hay desde hace años en Catalunya, sería un éxito triunfal. Y por guilña el ojo a los catalanes con las palabras de su pupilo socialista, con su encanto característico de tirar la piedra y esconder la mano.
A partir d´aquí, vienen las reacciones en cascada. La Ministra de Hacienda Maria Jesús Montero, sale por radios y teles a matizar conceptos. “De pactos fiscales, ni hablar! En todo caso, mirar la posibilitado d´una financiación singular”.
Oposición del PP y de la izquierda española
Obviamente, el PP , “los Page” y compañía, oposición frontal. Pero esto, no es nuevo. Ya lo conocemos. El más grave y significativo es como un señor que lidera un partido d´izquierdas en España denominado Compromís, el Sr. Baldoví, también s´apresura muy rápido gritando a los cuatro vientos que, “si en Catalunya se le concede esta financiación singular, ellos dejarían de apoyar al Gobierno”. Un partido de izquierdas... Sí, sí, de izquierdas. Español y de izquierdas. O mejor dicho, español, y cuando hace falta, d´izquierdas. Haciendo valer perfectamente la famosa frase de “antes roja que rota”. Cómo decía Josep Pla: “Qué se más parecido a un español de derechas? Pues un español d´izquierdas”.
Con todo ello, el que no s´entèn, es que todavía tengamos en casa nuestra políticos que pidolin migajas en España, año tras año. Hemos tenido incontables portazos en las narices, todavía insistimos e insistimos. Pero, ¿alguien nos escucha allá? ¿Cómo es que seguimos cayendo de cuatro patas cuando nos prometen (una vez más) que esta vez sí va de debó, cuando ya sabemos que no es cierto? ¿Cómo vendemos tan baratos nuestros votos y escaños a cambio, casi del mismo: promesas incumplidas? ¿Y como es posible que los catalanes, cuando van a votar, sigamos confiando en estos políticos de nuestra casa que se tragan las mentiras que vienen de España o hacen ver que luchan por nuestros intereses, sabiendo que no lo conseguirán? En cualquier caso, las dos son actitudes muy irresponsables. Mucho. Y los seguimos votando... ¿Para hacer qué, exactamente?
En febrero del 2023, el expresidente Artur Mas confesaba que “el concierto económico por Catalunya es casi tan difícil como la independencia”. Entonces, lanzo una pregunta: si es de tan dificil, puestos a luchar, ¿por qué no vamos a por la independencia de una vez y nos dejamos de marear la perdiz?