Las emergencias medioambientales ponen a prueba la capacidad de respuesta de los equipos especializados cada vez que salta una alerta. Esta tarde, un incendio forestal ha movilizado a varias dotaciones en el noreste de Catalunya, donde la combinación de vegetación seca y cambios bruscos de viento puede convertir una pequeña chispa en una amenaza real para el territorio.
Alarma en Sant Climent Sescebes por un incendio de baja intensidad
La tarde del sábado 7 de junio de 2025 quedará marcada en Sant Climent Sescebes, un municipio de la comarca de l’Alt Empordà, Girona, por la rápida actuación de los servicios de emergencias. A las 17:59, los Bombers de la Generalitat recibieron el aviso de un incendio de vegetación en los alrededores de la población.
La situación, aunque controlada en todo momento gracias al dispositivo desplegado, mantuvo la atención de los equipos ante la posibilidad de rebrotes, especialmente con la entrada prevista de la tramontana, un viento fuerte y característico de la zona.

El fuego ha quemado principalmente matollar, es decir, vegetación de baja altura que cubre buena parte del paisaje de esta área del Empordà. Según han explicado los Bombers a través de su cuenta oficial de Twitter, el incendio se ha mantenido en una intensidad baja, lo que ha facilitado la labor de extinción y ha evitado daños mayores en el entorno natural.
Un operativo reforzado para prevenir rebrotes
Hasta seis dotaciones de bomberos, con el apoyo del equipo GRAF (Grup de Reforç d’Actuacions Forestals) y la colaboración de las Agrupacions de Defensa Forestal (ADF), han intervenido en las tareas de extinción.
La estrategia se ha centrado en enfriar el perímetro del incendio con líneas de agua, una medida preventiva clave para evitar que las llamas puedan reavivarse con la llegada de la tramontana durante la noche. La meteorología, siempre determinante en este tipo de emergencias, ha obligado a los equipos a permanecer atentos y a mantener la vigilancia activa en la zona.
La experiencia de los bomberos en Catalunya demuestra que incluso los incendios de vegetación de baja intensidad pueden agravarse en cuestión de minutos si las condiciones de viento cambian de forma repentina.
Por eso, además de sofocar los focos activos, se han dedicado esfuerzos a asegurar el terreno afectado y minimizar cualquier riesgo de represa, que es como los especialistas denominan a la reactivación del fuego después de haber sido aparentemente controlado.
Un entorno acostumbrado a convivir con el fuego
Sant Climent Sescebes y, en general, la comarca de l’Alt Empordà están habituadas a convivir con el peligro de los incendios forestales, especialmente durante los meses de primavera y verano.

Las características del paisaje, con extensas áreas de matollar y bosque mediterráneo, sumadas a la frecuencia de la tramontana, hacen que cualquier incidente de este tipo requiera una actuación inmediata y coordinada.
En la imagen publicada por los Bombers, se observa la columna de humo dispersa sobre la vegetación y el trabajo de los equipos en una zona montañosa y de difícil acceso. La intervención de las ADF, formadas por voluntarios y vecinos comprometidos con la protección del entorno, ha sido fundamental una vez más para reforzar la labor de los bomberos y garantizar la seguridad del municipio y su entorno natural.