La rutina matinal de este jueves se ha visto bruscamente alterada por un suceso trágico que vuelve a poner el foco sobre la siniestralidad vial en Catalunya. Una nueva víctima mortal se suma a la estadística negra de las carreteras catalanas, confirmando la necesidad de mantener la máxima prudencia y reforzar la seguridad en la red viaria. Este último accidente ha dejado sin vida a una persona en un entorno rural donde, paradójicamente, los desplazamientos suelen considerarse menos peligrosos que en las grandes vías metropolitanas.
Un accidente mortal en una carretera secundaria
Los hechos se han producido a primera hora del jueves 12 de junio, en una carretera que cruza parajes tranquilos del Alt Urgell. Según datos facilitados por el Servei Català de Trànsit, el siniestro ha ocurrido en la N-260, a la altura del municipio de Montferrer i Castellbò, concretamente en el punto kilométrico 253,9. El aviso a los servicios de emergencia ha llegado a las 6:34 horas, alertando de la salida de vía de un vehículo todoterreno.
El conductor, un hombre de 57 años y vecino de Montferrer i Castellbò, era el único ocupante del vehículo en el momento del accidente. Por causas que todavía están siendo investigadas, el coche se salió de la calzada, resultando en un desenlace fatal. La intervención de los servicios de emergencia fue inmediata, pero no se pudo hacer nada por salvar la vida del conductor.
Despliegue de medios y primeras hipótesis
El operativo de emergencia ha movilizado tres patrullas de los Mossos d’Esquadra, dos dotaciones de Bombers de la Generalitat y dos ambulancias del Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM). A pesar de la rápida respuesta, el equipo médico únicamente ha podido certificar el fallecimiento de la víctima en el lugar del accidente.
Balance de víctimas en las carreteras catalanas
Con esta tragedia, ya son 62 las personas que han perdido la vida en las carreteras catalanas en lo que va de año 2025, según los datos provisionales publicados por el Servei Català de Trànsit. El Alt Urgell, comarca eminentemente rural y con baja densidad de tráfico, no está exenta de este tipo de accidentes mortales, lo que demuestra que el riesgo vial es una amenaza presente en cualquier entorno y que ningún trayecto, por corto o conocido que sea, está exento de peligro.
Las autoridades insisten en la importancia de extremar las precauciones al volante, especialmente en carreteras secundarias y tramos sinuosos como el de la N-260. Es precisamente en este tipo de vías donde se registran muchos de los accidentes más graves, debido a factores como la menor visibilidad, los cambios bruscos en el trazado o la ausencia de separación entre sentidos.