El monóxido de carbono (CO) es un gas altamente peligroso que, al no tener color, olor ni sabor, se convierte en un enemigo invisible en espacios cerrados. Este compuesto se genera principalmente por la combustión incompleta de materiales como gas, madera, carbón o petróleo en dispositivos como estufas, calefactores o chimeneas mal ventiladas.
Su inhalación en concentraciones elevadas puede resultar mortal, ya que el CO impide que el oxígeno se transporte adecuadamente a través de la sangre, afectando órganos vitales como el cerebro y el corazón.
El monóxido de carbono es conocido como "el asesino silencioso" debido a que los síntomas iniciales de una intoxicación —dolor de cabeza, mareo, náuseas y fatiga— pueden confundirse fácilmente con otras afecciones, como una gripe o agotamiento. Sin embargo, cuando la exposición persiste, puede provocar pérdida de conciencia, daños neurológicos permanentes e incluso la muerte.
Es lo que ha ocurrido en una localidad de Soria
La Guardia Civil investiga las causas de la muerte de un hombre y una mujer catalanes en un hotel rural en la localidad soriana de Medinaceli. Las víctimas, de 47 y 51 años, podrían haber sufrido una intoxicación por monóxido de carbono.
La sala de operaciones del 112 de Castilla y León ha recibido un aviso a las 11.11 horas de este sábado informando de que había dos personas inconscientes en la habitación de un establecimiento hotelero situado en la calle Santa Isabel, junto al Palau Ducal de Medinaceli. El alertante afirmaba que en el interior de la habitación se percibía "un fuerte olor a gas".
El 112 avisó del suceso a la Guardia Civil, los Bomberos y una ambulancia de apoyo vital básico del Sacyl, que no pudo hacer nada por salvar la vida de los dos afectados. La Guardia Civil de Soria se ha hecho cargo del caso y está instruyendo las diligencias para esclarecer los hechos.
Consejos para evitar un caso similar
Prevenir los riesgos asociados al monóxido de carbono requiere de una combinación de concienciación y medidas prácticas. En primer lugar, es fundamental instalar detectores de monóxido de carbono en el hogar, especialmente en zonas donde haya estufas, chimeneas o calentadores de agua que funcionen con gas o leña.
Estos dispositivos son capaces de alertar a tiempo en caso de acumulación peligrosa de este gas. Además, es importante revisar y mantener regularmente todos los equipos de combustión, como calefactores y calderas, asegurándose de que estén en buen estado y que las instalaciones cumplan con las normativas de seguridad.
La ventilación es otro aspecto clave. Aunque las temperaturas sean bajas, es esencial garantizar una buena circulación de aire, especialmente en espacios donde se utilicen fuentes de calor que generen combustión. Nunca se debe utilizar una parrilla de carbón, generador o estufa de camping en interiores, ni dejar el motor de un vehículo encendido dentro de un garaje cerrado.
Si alguien muestra síntomas de intoxicación por monóxido de carbono, como mareo, debilidad o confusión, evacuar el lugar inmediatamente y buscar atención médica es vital.