El conductor de un patinete y un motorista murieron este martes por la noche en un accidente a la N-II en Mataró (Maresme), según ha informado el Servicio Catalán de Tráfico (SCT). Los Mossos recibieron el aviso a las 21.57 horas por un siniestro en su punto kilométrico 650,2 de la N-II. Por causas que se investigan, una motocicleta colisionó con un patinete eléctrico que realizó un giro para cruzar la vía.
A causa del choque, el motorista cayó y, posteriormente, fue atropellado por un turismo. Tanto el ocupante del patinete, S.F., de 49 años y vecino de Mataró; como el motorista, C.R.P., de 58 años y vecino de Sant Andreu de Llavaneres, murieron. Con estas, son 111 las víctimas mortales en accidente de tráfico desde enero en carreteras interurbanas catalanas. A raíz del siniestro, se activaron cuatro patrullas de los Mossos d'Esquadra, dos dotación de los Bomberos de la Generalitat y cuatro ambulancias del Sistema de Emergencias Médicas (SEM).
En cuanto a la incidencia viaria, la vía estuvo cortada unas dos horas aproximadamente. Tráfico ha destacado que de las 13 personas muertas en accidentes de tráfico este octubre, once son de colectivos vulnerables. En concreto, seis motoristas, tres ciclistas, un peatón y un conductor de patinete eléctrico. El SCT ha recordado también que los patinetes eléctricos tienen prohibida la circulación en vías interurbanas.
Conductores de patinetes eléctricos y ciclistas, los más vulnerables
En este sentido, el SCT está coordinando esta semana una campaña de controles policiales centrada en patinetes eléctricos y ciclistas. En cuanto a los motoristas, este año ha hecho más de 40 sesiones formativas a carretera en el marco del programa Formación 3.0 en el cual han participado cerca de 550 motoristas y durante todo el año han llevado a cabo control y seguimiento de los motoristas con el dispositivo Uriel de Mossos d'Esquadra de Tráfico.
Los conductores de patinetes eléctricos y los ciclistas son los colectivos más vulnerables en las carreteras debido a la falta de protección física frente a otros vehículos. Al no contar con una estructura que los resguarde en caso de colisión, cualquier accidente puede tener consecuencias graves para ellos. Además, su visibilidad es menor, lo que aumenta el riesgo de no ser vistos por conductores de coches o camiones, especialmente en condiciones de poca luz o en zonas con alta densidad de tráfico. La velocidad de otros vehículos y la falta de infraestructuras adecuadas también agravan su vulnerabilidad.