La noche del jueves se transformó en una de pesadilla para los vecinos de un bloque de viviendas ubicado en la calle Muralla del Castell, en la localidad de Valls (Alt Camp). Alrededor de las 20:32 h, los Bombers de la Generalitat recibieron el aviso de que parte de la estructura de un piso de la primera planta se había venido abajo. El incidente, calificado como un “derrumbe parcial” por el propio cuerpo de emergencias, movilizó tres dotaciones de bomberos, incluyendo el Grupo de Emergencias de Estructuras Colapsadas (GREC), especializado en actuaciones de derrumbes y colapsos.
Los primeros indicios señalan que el forjado cedió en la zona del baño del primer piso, arrastrando también el falso techo de cañizo de la planta inferior, situada justo debajo. Además, el derrumbe afectó parcialmente el suelo de una habitación contigua y parte del pasillo, generando importantes daños materiales y, sobre todo, sembrando la alarma entre los vecinos. Afortunadamente, el piso estaba vacío en el momento del incidente, por lo que no hubo que lamentar heridos ni pérdidas humanas.
Dada la magnitud del suceso y la incertidumbre sobre el estado del resto de la estructura, se decidió evacuar preventivamente a los 25 vecinos que residen en el edificio. De acuerdo con la información facilitada por los Bombers, los residentes se autoevacuaron de forma rápida y ordenada, evitando situaciones de pánico y facilitando el trabajo de los equipos de emergencia. Acto seguido, el arquitecto municipal se desplazó hasta el inmueble para realizar una valoración preliminar de la integridad de los elementos estructurales.
A salvo en un hotel
Como medida de seguridad adicional, las autoridades han ordenado el realojamiento en un hotel de los vecinos de la vertical directamente afectada por el desplome, al entender que podrían existir riesgos si se produjera otro episodio de colapso parcial. El resto de residentes permanece a la espera de las conclusiones de la evaluación técnica para determinar si es seguro regresar a sus hogares o si será necesario reforzar las medidas de prevención durante los próximos días.
La escena, según testigos presenciales, generó gran expectación en el barrio, donde se congregaron curiosos y vecinos de inmuebles cercanos preocupados por la solidez de la construcción. El amplio dispositivo de bomberos y la presencia de varias patrullas de los cuerpos policiales pusieron de manifiesto la gravedad de los hechos. Aun así, el profesionalismo de los servicios de emergencia permitió manejar la situación sin incidentes adicionales, y en las primeras horas de la mañana siguiente ya se habían despejado los restos más peligrosos para evitar nuevos desprendimientos.
Por el momento, continúa el análisis estructural para conocer con exactitud las causas del derrumbe: si se debió a un fallo constructivo, a una sobrecarga puntual en la zona afectada o a la presencia de humedades que hayan podido mermar la resistencia del forjado. La colaboración del Ayuntamiento de Valls y del arquitecto municipal será determinante para esclarecer este punto y, a la postre, para tomar decisiones sobre posibles reformas o la reestructuración del inmueble.