La combinación de alcohol y conducción vuelve a protagonizar un incidente tan insólito como peligroso. En esta ocasión, el protagonista es un hombre de mediana edad que, tras consumir alcohol, tomó la irresponsable decisión de permitir que una adolescente condujera su vehículo, poniendo en grave peligro la seguridad de todos los implicados y terceros.
Los hechos ocurrieron el pasado domingo 6 de abril en horas del mediodía, cuando el teléfono de emergencias 112 recibió una llamada alertando sobre un accidente de tráfico. El incidente se produjo en un camino de tierra perpendicular a una carretera local muy transitada en la comarca del Gironès. Inmediatamente, diversas patrullas de Trànsit de los Mossos d'Esquadra y dotaciones de los Bombers de la Generalitat se trasladaron al lugar.

Al llegar al punto del accidente, las autoridades encontraron un vehículo Citroën C3, modelo antiguo, que había sufrido una salida de vía. En su interior se hallaban tres personas: dos hombres adultos y una menor de edad. Los agentes rápidamente notaron que algo no cuadraba en la escena.
Una menor al volante y adultos ebrios
Tras identificar a los ocupantes, se descubrió que la conductora del automóvil era una adolescente de tan solo 14 años, sin ningún tipo de permiso de conducción. Además, el padrastro de la joven, un hombre de 50 años, y su amigo, que viajaban con ella, presentaban evidentes signos de embriaguez. De hecho, las autoridades confirmaron mediante pruebas de alcoholemia que uno de los adultos había consumido alcohol en exceso, con un resultado preocupante de 0,57 miligramos por litro de aire espirado.
Según fuentes policiales, fue el propio padrastro de la menor quien, tras beber alcohol, permitió e incluso incitó a la joven a tomar el control del vehículo, lo que constituye un delito grave contra la seguridad vial. La temeraria decisión del hombre podría haber terminado en una tragedia aún mayor si el accidente hubiese ocurrido en circunstancias más peligrosas.
Consecuencias legales inmediatas
Debido a la gravedad de los hechos, los Mossos d'Esquadra procedieron inmediatamente a denunciar a la menor por un delito contra la seguridad vial. Aunque por su corta edad será tratada según los procedimientos específicos para menores, el hecho reviste una gravedad considerable. Por otro lado, el padrastro fue denunciado como cooperador necesario en la comisión del delito, enfrentando ahora posibles consecuencias penales severas por permitir y motivar a la menor a cometer un acto ilegal.
Una vez concluido el procedimiento inicial, los agentes entregaron a la menor a su madre, quien deberá enfrentar ahora las implicaciones legales y sociales del suceso protagonizado por su pareja y su hija.
Este incidente pone de manifiesto un problema recurrente en las carreteras catalanas y españolas: la irresponsabilidad al combinar el alcohol con la conducción, y en este caso, agravado por involucrar a una menor. Las autoridades insisten en que es crucial reforzar la concienciación social sobre los riesgos que supone conducir bajo los efectos del alcohol y, más aún, permitir que menores se pongan al volante.
La seguridad vial debe entenderse como una responsabilidad colectiva y cualquier acto irresponsable no solo pone en riesgo vidas humanas, sino que tiene consecuencias judiciales y sociales que afectan profundamente a las familias implicadas.